En un evento insólito que ilustra la peculiaridad de la vida en Cuba, una madre de la provincia de Guantánamo fue premiada con una canastilla tras dar a luz el mismo día del cumpleaños del dictador Fidel Castro. Este gesto, que puede parecer sorprendente fuera de la isla, forma parte de las actividades organizadas por el régimen para perpetuar la veneración hacia el líder de la Revolución cubana, quien gobernó el país durante 47 años.
El obsequio fue entregado por los trabajadores de la División Territorial de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) en Guantánamo. Según la entidad, la valija fue entregada al primer nacimiento registrado ese día en el Hospital General Docente Agostinho Neto. Aunque el contenido específico de la canastilla no fue detallado en la publicación de la empresa gubernamental, las imágenes compartidas en redes sociales revelaron que incluía ropa, zapatos y otros productos necesarios para el bienestar de la recién nacida.
Este tipo de eventos no es algo aislado en Cuba. La entrega de regalos en días significativos para el régimen es una tradición que busca mantener vivo el legado de Fidel Castro. Estas actividades se presentan como gestos de buena voluntad hacia la población, pero no dejan de ser un recordatorio constante de la presencia del régimen en la vida diaria de los cubanos.
Un ejemplo más de esta idolatría hacia Castro se dio el pasado sábado, cuando 74 nadadores participaron en el Cruce de la Bahía de Matanzas, un evento de aguas abiertas «motivados por Fidel Castro». La competencia consistió en un recorrido de 2.5 kilómetros, desde la antigua Capitanía del Puerto hasta la Playa El Tenis. El vencedor fue Alberto Javier Oliveros Pérez, ingeniero de ETECSA en Matanzas. Según declaraciones recogidas por la emisora oficialista Radio 26, Oliveros afirmó que la prueba «es un reto a la voluntad humana de vencer», una lección que, según él, les fue inculcada por el propio Fidel Castro, quien lideró la Revolución cubana en 1959.
Este tipo de eventos no se limitan solo a competencias deportivas. En el Consejo Popular Haydee Santamaría, se organizó un trabajo «voluntario» en el que dirigentes locales fueron fotografiados desyerbando las vallas propagandísticas de la Revolución. Estas tareas, que a menudo se presentan como actos de devoción voluntaria, en realidad son una muestra más de las actividades impuestas por el gobierno para mantener su control ideológico sobre la población. Es habitual que este tipo de trabajos se presenten como “simbólicos” cuando, en realidad, son poco productivos y solo sirven para mantener la propaganda revolucionaria viva.
En otra muestra de estas actividades, un grupo de jóvenes comunistas del municipio especial Isla de la Juventud realizó una acampada en el campismo Arenas Negras para esperar el cumpleaños de Fidel Castro. Esta acampada es un ejemplo más de cómo el régimen continúa utilizando la figura del fallecido dictador para movilizar a la juventud y promover la ideología revolucionaria, a pesar de las dificultades económicas y sociales que enfrenta el país.
Este tipo de homenajes, aunque son rutinarios en Cuba, reflejan la paradoja en la que vive la isla: mientras se realizan actos en honor a Fidel Castro, el país sigue sumido en una profunda crisis económica y social. Las familias cubanas continúan separadas, muchas de ellas han tenido que emigrar en busca de mejores oportunidades, y la población dentro de la isla vive con salarios insuficientes y una calidad de vida precaria. Para muchos, estas actividades organizadas por el régimen no son más que una fachada que oculta la realidad de un sistema que, lejos de mejorar las condiciones de vida de los cubanos, las ha empeorado durante décadas.
A pesar de esto, las actividades en honor a Fidel Castro continúan, reafirmando su figura como símbolo de la Revolución, aunque para muchos cubanos, él es también el responsable de la crisis que aún afecta al país.
