El periodista, profesor e investigador cubano José Raúl Gallegos ha hecho públicos documentos oficiales que hasta ahora habían permanecido en secreto, relacionados con las Unidades Militares de Apoyo a la Producción, comúnmente conocidas como UMAP. Estos fueron campos de concentración donde el régimen comunista enviaba a homosexuales y personas religiosas con el fin de “corregir sus conductas negativas”.
Los documentos, ahora accesibles al público sin restricciones, validan los testimonios de las víctimas de las UMAP, revelando la magnitud de los horrores y abusos que se llevaron a cabo bajo las órdenes de Fidel Castro. Además, confirman la naturaleza homofóbica y discriminatoria de estas políticas, las cuales han sido negadas por figuras prominentes del régimen cubano, a pesar de que personalidades como Miguel Barnet y el fallecido Pablo Milanés vivieron estas experiencias en carne propia.
Los archivos, que habían estado ocultos por el régimen castrista, ofrecen una visión clara de la estructura y funcionamiento de estos campos de trabajo, diseñados para “reeducar” a aquellos considerados “desviados” o “antisociales” debido a sus conductas “feminoides”.
Uno de los documentos más impactantes es un plan detallado para un “Centro Modelo”, destinado a transformar el tratamiento hacia los homosexuales en el Ministerio del Interior (Minint). Este documento establece objetivos tales como “eliminar todo comportamiento amanerado” y “fomentar una conciencia político-social” que se alinee con los planes de prevención de la homosexualidad, mostrando así la intención sistemática de borrar la identidad y el comportamiento homosexual.
Otro archivo revelador es una entrevista realizada en 1966 a un prisionero de las UMAP, que ofrece un inquietante testimonio sobre las condiciones de vida dentro de estos campos de concentración y los esfuerzos de las autoridades por controlar y modificar el comportamiento sexual de los internos.
La documentación también incluye una propuesta para la creación de Escuelas Pre-militares para homosexuales, en las que serían clasificados según sus “manifestaciones homosexuales”. Estas escuelas tenían como objetivo erradicar las conductas “feminoides” a través de un régimen de castigo, presión grupal y actividades militares.
Adicionalmente, dos extensos informes sobre religiones cristianas y fraternidades masónicas evidencian cómo las UMAP también dirigieron su represión contra estas comunidades. Los documentos relatan la relación conflictiva entre estas religiones y el Estado comunista desde 1959, reflejando un esfuerzo por controlar y suprimir cualquier forma de organización religiosa.
Estas revelaciones no solo son fundamentales para entender la magnitud de las UMAP, sino que también actúan como una herramienta crucial para preservar la memoria histórica de la nación cubana.
Según Gallegos, la fuente anónima que compartió la documentación lo hizo con la esperanza de que sea leída y analizada por ciudadanos, periodistas e investigadores, asegurando que estos eventos no sean olvidados ni distorsionados por la propaganda actual del castrismo.
Los documentos están disponibles sin marcas de agua ni restricciones, y pueden ser alojados en otros sitios web siempre que se respete el acceso abierto. La intención es garantizar que estos testimonios históricos no sean eliminados o censurados, asegurando que permanezcan accesibles para todos aquellos interesados en conocer la verdadera historia de las UMAP.