El gobierno cubano ha desmentido categóricamente las acusaciones que lo señalan como responsable de una presunta intervención en las elecciones presidenciales de Venezuela. En un comunicado emitido recientemente, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, encabezado por el canciller Bruno Rodríguez Parrilla, negó rotundamente que especialistas cubanos hayan viajado a Venezuela con el objetivo de alterar los resultados electorales. Estas declaraciones fueron una respuesta directa a las afirmaciones del exfuncionario colombiano Francisco Santos, quien aseguró en una entrevista que Cuba había enviado expertos en informática para manipular los comicios.
Según el comunicado del MINREX, las declaraciones de Santos “carecen de cualquier fundamento y no están respaldadas por evidencias”. El organismo cubano dejó claro que esta acusación es “infundada y fabricada” por el ex alto funcionario colombiano, quien no presentó pruebas que respalden sus señalamientos. La postura oficial de Cuba es que estas acusaciones no tienen base en la realidad, y su desmentido busca poner fin a las especulaciones que han surgido en torno al tema.
Francisco Santos, conocido por su papel como vicepresidente de Colombia durante los mandatos de Álvaro Uribe Vélez y embajador en Estados Unidos bajo el gobierno de Iván Duque, ha sido un crítico constante del régimen cubano. En la entrevista que concedió a la revista Semana, Santos expresó su preocupación por el estado de la democracia en América Latina, señalando la influencia negativa de países como Venezuela y Cuba. Según sus palabras, “la democracia en América Latina peligra” debido a la intervención de estos gobiernos, lo que representa una amenaza para la estabilidad de la región.
Además, Santos comparó a Venezuela bajo el liderazgo de Nicolás Maduro con “Cuba en esteroides”, sugiriendo que la estrecha relación entre ambos países es un riesgo significativo para la democracia en el continente. También acusó a Cuba de financiar grupos guerrilleros y de estar implicada en el narcotráfico, afirmando que la situación en Venezuela es una versión agravada de lo que ocurre en la isla caribeña. Estas declaraciones han avivado el debate sobre el papel de Cuba en los asuntos internos de Venezuela y la región en general.
En respuesta a estas acusaciones, el MINREX reiteró que “no hubo movimiento de personal cubano hacia Caracas durante el proceso electoral” que resultó en la reelección de Nicolás Maduro para un tercer mandato presidencial, que abarcará de 2025 a 2031. A pesar de las múltiples denuncias de irregularidades en los comicios, el gobierno cubano ha sido uno de los pocos en reconocer oficialmente los resultados, lo que subraya su apoyo inquebrantable al régimen de Maduro.
El comunicado de la Cancillería cubana también hizo referencia a una declaración previa, emitida el 31 de julio de 2024, en la que se denuncia lo que Cuba considera una manipulación mediática y política contra el pueblo venezolano. Además, el documento acusa al imperialismo y a las oligarquías de interferir en los asuntos internos de Venezuela, reforzando la narrativa de que el país caribeño y sus aliados están bajo ataque constante por parte de potencias extranjeras.
Aunque Cuba ha negado cualquier participación directa en el proceso electoral venezolano, no ha desmentido los informes que indican que, tras las elecciones, se enviaron refuerzos y personal de apoyo para respaldar al régimen de Maduro. Estas acciones formarían parte de la estrategia del gobierno de Miguel Díaz-Canel para fortalecer sus relaciones con los aliados en América Latina, en un momento en que Venezuela sigue siendo objeto de críticas internacionales por la falta de transparencia en sus elecciones.
La postura de Cuba pone de manifiesto su continuo apoyo a Nicolás Maduro, en un contexto donde Venezuela enfrenta una creciente presión internacional. A pesar de las denuncias de fraude y manipulación, países aliados como Rusia, China, Irán y Nicaragua han felicitado a Maduro por su victoria, reafirmando su respaldo al gobierno venezolano.
