En el verano de 1994, Cuba fue testigo de la mayor protesta social desde el triunfo de la revolución en 1959. El “Maleconazo”, ocurrido el 5 de agosto, mostró el profundo descontento de una ciudadanía golpeada por la crisis económica, el hambre y la desesperación.
A 30 años de este acontecimiento, la situación en la Isla parece no haber mejorado, y un nuevo levantamiento social tuvo lugar el 11 de julio de 2021. Esta vez, la protesta no se limitó a La Habana, sino que se extendió a 49 ciudades en todo el territorio nacional.
Los contextos de ambos levantamientos son sorprendentemente similares. La gran diferencia radica en la respuesta de la población, ya que en ambos casos, el gobierno optó por la represión violenta contra sus ciudadanos.
El breve estallido social del “Maleconazo”
El “Maleconazo” tuvo lugar el 5 de agosto de 1994, en medio de la mayor crisis económica de la historia de Cuba, conocida como el “periodo especial”. La escasez de comida y medicinas, los constantes apagones y la falta de soluciones por parte de las autoridades llevaron a cientos de cubanos a protestar en el malecón de La Habana.
Esta revuelta fue el mayor acto masivo desde 1959, y aunque algunos disturbios ocurrieron, la mayoría de los manifestantes se enfrentaron pacíficamente a las autoridades. La represión no tardó en llegar, y los manifestantes combatieron a los oficiales de policía con palos y piedras, mientras sufrían golpes y detenciones.
El impacto del “Maleconazo” fue tan grande que, a pesar de la ausencia de redes sociales, toda Cuba conoció lo sucedido. Incluso el dictador Fidel Castro acudió en persona para apaciguar la revuelta y exhortar a la gente a “derrotar a los apátridas”. Además, abrió las puertas del país, permitiendo que miles de personas se arriesgaran a cruzar en balsas hacia Estados Unidos.
El “Maleconazo” se extinguió con promesas de apertura económica que nunca se cumplieron y nuevos acuerdos migratorios con Estados Unidos, que el régimen sigue celebrando como una “victoria” de la revolución. La Ley Pies Secos/Pies Mojados de 1995 también disminuyó la motivación para exigir mejores condiciones de vida, pues las esperanzas se centraron en huir del país.
Un nuevo “Maleconazo” en el 11J
A casi 30 años del “Maleconazo”, el pueblo volvió a las calles el 11 de julio de 2021, no solo en la capital, sino en varias provincias, gracias a las redes sociales. La nueva revuelta surgió en medio de otra crisis, la mayor desde el “periodo especial”, que ha durado más de dos años.
Las causas del “Maleconazo” y del 11J son básicamente las mismas: crisis económica, escasez de alimentos y medicamentos, falta de libertades básicas, pésimos servicios con apagones y falta de agua potable, y nulas oportunidades de crecimiento económico.
Como hace casi tres décadas, el gobierno intentó “contentar” a la población con diferentes métodos. Tras casi una semana sin servicio de internet, Etecsa ofreció megas gratis y anunció la reducción de tarifas. Además, se pusieron a disposición alimentos como el pescado, ausente en las tiendas cubanas durante años.
Estas medidas demostraron que si la calidad de vida no mejora, no es por el embargo estadounidense, sino por la voluntad de los gobernantes. Aunque en materia migratoria no hubo avances debido a la negativa de Estados Unidos, el régimen culpó al país norteamericano de sus carencias y de financiar a la oposición.
A pesar de la minimización de las protestas y la difamación de los participantes, lo que ambos casos han demostrado, el Maleconazo y el 11J, es que la unidad del pueblo sí inquieta al gobierno. Solo la presión social, ejercida por la propia población y no por entes externos, consigue resultados contra los abusos de la dictadura cubana.
