La crisis alimentaria en Cuba se agudiza cada vez más, llevando al estado a vender a la población huesos de vacas para preparar sopas y mitigar el hambre.
Un reportaje de Cubanet reveló las insalubres condiciones en las que se lleva a cabo la venta de huesos, patas y pancitas de res en una feria agropecuaria ubicada en el municipio de La Habana Vieja, específicamente en el Parque del Cristo.
El camión que distribuye estos productos proviene del matadero de la provincia de Artemisa. La carne se transporta sin refrigeración y se vende al aire libre, bajo el sol cubano, sin cumplir con las mínimas normas de higiene, rodeado de moscas y con manos sin lavar, en plena calle.
El gobierno cubano destina la mayor parte de la carne producida en el país al sector turístico. Mientras los hoteles reciben cientos de libras de carne de res, a la población local solo le quedan los huesos y subproductos de los animales.
Este fenómeno no es nuevo en Cuba, y la situación ha alcanzado un nivel de deterioro tal que las personas han comenzado a aceptar la compra de huesos y alimentos en condiciones antihigiénicas como algo normal.
Las familias, con recursos limitados y bocas que alimentar, se ven obligadas a adquirir a precios elevados productos como la ternilla mosqueada, que consumen en sus hogares con la esperanza de proporcionar un sabor a carne a sus hijos.
En este contexto, los huesos, patas, costillas y pancitas de res se ofrecieron a un precio de 150 pesos por libra.
