Aunque los moluscos y mariscos rara vez llegan a las mesas de los cubanos, esto no significa que hayan desaparecido de las aguas caribeñas; en realidad, están reservados para la exportación.
El caracol de mar, capturado en las costas de Camagüey, es el principal producto que exporta la industria pesquera de esa región. Según una nota del diario oficialista Adelante, la Unidad Empresarial de Base (UEB) Pesca Nuevitas ha logrado un éxito notable en la captura de este molusco.
La UEB se encarga de limpiar la masa y enviarla a la Empresa Pesquera Industrial de Santa Cruz del Sur (Episur), donde el cobo es procesado y exportado.
A pesar de que la industria pesquera de Camagüey solo logró cumplir el 96% de su plan el año pasado, lo cual se considera «meritorio» dada la escasez de recursos, ya que solo contaron con el 30% necesario para la navegación, se proyecta ampliar la variedad de productos destinados a la exportación y el turismo, incluyendo la langosta.
Para ello, ya han obtenido permiso para capturar tres toneladas de langosta y planean iniciar las labores de pesca a principios de julio. Además, buscan incorporar el pepino y la esponja de mar para su envío al mercado exterior.
Por esta razón, especialistas y biólogos de la UEB y Episur estudiarán la presencia de estas especies para determinar cuántas se pueden extraer «sin incumplir con los estándares de la pesca sostenible».
En cuanto a la langosta, el año pasado, Episur sobrecumplió su plan de captura de este crustáceo para exportación, incluso con tres meses restantes en la temporada de pesca. Sin embargo, la empresa enfrenta dificultades en el suministro de combustible y otros insumos esenciales, como harina y aceite, que son necesarios para producir alimentos de alta demanda entre la población, como albóndigas, masa de hamburguesas y croquetas.
La langosta es uno de los alimentos más inaccesibles para los cubanos, debido a sus altos precios en los mercados de la isla. En septiembre de 2020, el ministro de la Industria Alimentaria de Cuba, Manuel Sobrino Martínez, explicó que era complicado para el Estado distribuir alimentos como la langosta y los camarones, dado el contexto crítico en que se encontraba el país, una situación que, a pesar de los sobrecumplimientos, no parece haber cambiado.
En Cuba, la pesca «indiscriminada» de langosta y otros crustáceos está prohibida y se castiga como un delito contra el medio ambiente. En 2022, las autoridades decomisaron más de 43 toneladas de peces y crustáceos como resultado de diversas inspecciones ambientales realizadas en todo el país.