La tranquila noche de celebración en el Reparto Chicharrones de Santiago de Cuba se tornó en una escena de horror cuando Roberto Castilla Oñate, un joven padre de 36 años, fue mortalmente atacado. A pesar de recibir atención médica inmediata, Roberto no pudo sobrevivir a las graves heridas y falleció en el hospital. La devastadora noticia fue difundida a través de la página de Facebook del periodista independiente Yosmany Malleta Labrada, conmocionando a toda la comunidad.
Roberto, cariñosamente apodado «El Loco» por sus amigos y familiares, era conocido por su carácter alegre y su amor por la vida. La noche del ataque, se encontraba en la fiesta callejera y decidió comprar unos cigarrillos. Según algunos de sus primos, el ataque podría haber sido motivado por conflictos personales relacionados con una ex pareja.
«Fue a comprar unos cigarrillos en la fiesta y uno de los muchachos que también había estado con esa mujer parece que lo estaba esperando y lo atacó», relató un familiar cercano, visiblemente afectado por la tragedia.
Los testigos del fatídico evento señalan que los atacantes pertenecían a una peligrosa pandilla conocida como «La 46» o «Los Gladiadores». Uno de los miembros, un menor de edad identificado como «Manuel Alejandro», ha sido señalado como el presunto asesino. Según los informes, Manuel apuñaló a Roberto en dos ocasiones, causando heridas fatales.
Roberto Castilla Oñate vivía en Calle 4 de Vista Hermosa y era un devoto padre de dos hijos pequeños, una niña y un niño. Su muerte ha dejado un vacío inconmensurable en el corazón de su familia y amigos, quienes ahora enfrentan el dolor de despedirse de él. Su cuerpo está siendo velado en la Funeraria de Santiago de Cuba, donde la comunidad se reúne para rendirle homenaje y ofrecer su apoyo a la familia en estos momentos tan difíciles.
Esta tragedia no solo ha conmocionado a Santiago de Cuba, sino que también ha encendido un debate sobre la seguridad en las fiestas callejeras y la influencia de las pandillas en la región. La comunidad clama por justicia y un mayor control sobre las actividades de estos grupos violentos para prevenir futuras tragedias.
Mientras la familia de Roberto lucha por superar su dolor y encontrar paz, la comunidad se une en solidaridad, recordando al joven padre no solo por su trágica muerte, sino también por la vida llena de amor y alegría que compartió con quienes le conocieron.