Amadeo Barletta, el mafioso italiano que fue cónsul en Cuba y construyó un imperio sobre ruedas en la isla

Redacción

Amadeo Barletta, un destacado empresario italiano, es el protagonista de una historia tan controvertida como su propia vida. Inició su carrera en el negocio del tabaco en la República Dominicana, donde se enfrentó al dictador Rafael Leónidas Trujillo, quien mantenía un monopolio en colaboración con una empresa estadounidense.

Nacido en Calabria en 1894, Barletta fue nombrado cónsul honorario de Italia en la República Dominicana en 1933. Desde esa posición, se comprometió a apoyar los esfuerzos contra la dictadura, pero en abril de 1935 fue arrestado y, el 4 de mayo, condenado a cuatro años de prisión. En ese momento, Trujillo había adquirido las acciones de la Compañía Anónima Tabacalera que pertenecían a un ciudadano alemán, Richard Sollner.

Gracias a la intervención de Benito Mussolini, Barletta fue liberado y se trasladó a Cuba en 1939, donde se convirtió en el primer distribuidor exclusivo de General Motors. En La Habana, también asumió responsabilidades consulares italianas en octubre de 1940. Sin embargo, el 30 de junio de 1941 decidió cerrar el consulado y se mudó a Argentina.

A lo largo de su carrera, varios adversarios lo retrataron como un peligroso y fanático fascista, sugiriendo una supuesta conexión mafiosa entre él y la CIA, lo que generó un aura de desconfianza a su alrededor. Sin embargo, investigaciones del FBI lo exoneraron de cualquier sospecha de espionaje y nunca fue considerado un criminal de guerra.

El 22 de diciembre de 1950, Felipe Pazos, entonces Presidente del Banco Nacional de Cuba, le otorgó la Licencia Barletta No. 62, que le permitía convertir el Banco Internacional de La Habana en el Banco Atlántico S. A. Esta nueva institución tendría sus oficinas en el noveno piso de la Avenida Menocal 16 (antigua Infanta) y más tarde en la calle 23 y P, en el corazón de La Rampa, en el Vedado, donde también ocupaba el cargo de director general de General Motors.

Barletta mantuvo relaciones cordiales con el régimen de Fulgencio Batista, lo cual quedó evidenciado por la asistencia del gobernante a la boda de su hija Nelia con Miguel Morales Abreu, el Marqués del Valle Siciliana, el 29 de octubre de 1953, según un texto en el blog Libre de Demetrio Pérez.

La familia Barletta residía en la avenida 21, número 15014, entre 150 y 160, en el Country Club. Durante los gobiernos de Ramón Grau y Carlos Prío (1944-1952), la empresa automovilística de Barletta incrementó las ventas de Cadillac a altos funcionarios, así como también ofreció Oldsmobile para patrullas de policía y camiones para el Ejército y otras dependencias estatales.

Con la llegada al poder de las fuerzas castristas en enero de 1959, las tropas rebeldes incautaron 50 automóviles de Ambar Motors. Para ese entonces, Barletta había construido la Terminal de Ómnibus de La Habana y contaba con numerosas empresas en su haber.

En 1960, fue despojado de varias de sus propiedades, incluyendo Ambar Motor, Piezas y Accesorios Ambar SA., Rabma Auto Corporation, Super Taller de Mecánica SA., Compañía Inmobiliaria Barash y el Laboratorio Carlos Erba de Cuba. Buscando refugio, se asiló en la embajada italiana y posteriormente se trasladó a Estados Unidos con su hijo, Amadeo Jr.

En 1962, Barletta regresó a Santo Domingo, donde reorganizó su negocio de automóviles. Falleció el 27 de octubre de 1975, a los 81 años.