¡Sin palabras! USCIS revela que miles de solicitudes de parole humanitario fueron presentadas con números falsos de Seguro Social y hasta por personas fallecidas

Redacción

El gobierno de Estados Unidos decidió suspender de manera temporal el programa de parole humanitario, lo que ha suscitado diversas opiniones y reacciones. Esta decisión, que se enmarca dentro de un contexto complejo, fue explicada en un informe interno de la Dirección de Detección de Fraude y Seguridad Nacional del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS). Este documento expone de manera clara las preocupaciones sobre los niveles alarmantes de fraude en las aplicaciones a este programa impulsado por la administración de Joe Biden.

La suspensión de este programa afectó a cubanos, haitianos y nicaragüenses desde el 18 de julio de 2024, mientras que los venezolanos se vieron impactados desde el 6 del mismo mes. Esto ha generado incertidumbre y preocupaciones entre quienes esperaban poder beneficiarse de este mecanismo de protección temporal. Un portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) comunicó a Fox News que esta acción se tomó “por precaución” y se ha enfocado en la revisión detallada de las solicitudes de los patrocinadores, que son el punto central donde se ha identificado el fraude.

La investigación realizada por USCIS encontró datos falsos en miles de formularios de solicitud (I-134A), destacándose una notable repetición en el uso de números de seguro social, direcciones y números de teléfono. El blog Café Fuerte resume esta problemática, destacando que la información presentada por los patrocinadores no fue verificada adecuadamente, lo que puso en evidencia serias deficiencias en el sistema de control.

Hasta el 17 de abril de 2024, USCIS había recibido un total de 2,622,076 solicitudes. De esta cantidad, cerca de 529,000 solicitudes fueron “confirmadas” o aprobadas, mientras que aproximadamente 118,000 fueron “no confirmadas” o denegadas. Este alto volumen de solicitudes aprobadas, contrastado con el número de denegaciones, plantea serias dudas sobre la efectividad de los mecanismos de verificación en el programa.

Los investigadores también señalaron que más de 100 direcciones IP representaron un total de 51,133 solicitudes del formulario I-134A, lo que indica un uso repetido de la misma dirección IP. Por ejemplo, se identificó una dirección IP ubicada en Tijuana, México, que fue utilizada en 1,328 ocasiones. Esto sugiere que, en promedio, cada dirección IP asociada con estas solicitudes presentó aproximadamente 2.2 formularios, lo que podría ser indicativo de prácticas irregulares en la presentación de estas solicitudes.

Otro aspecto crítico del informe fue el análisis de los números de Seguro Social (SSN) de los patrocinadores. Se determinó que un total de 100,948 formularios habían sido presentados por 3,218 patrocinadores que actuaron de manera serial. Además, los investigadores descubrieron que algunos solicitantes usaron números de Seguro Social pertenecientes a personas fallecidas, y se menciona que “24 de los 1,000 números de Seguro Social que más usaron los patrocinadores pertenecen a una persona fallecida”. Esto pone de manifiesto la falta de controles efectivos para validar la información de los patrocinadores.

A pesar de que se exige que los patrocinadores informen sus ingresos, el informe reveló que algunos no lo hicieron, y otros que sí lo reportaron no cumplían con el umbral requerido por las autoridades para sostener a los beneficiarios del parole. Este vacío en la regulación sugiere que el proceso de selección y validación necesita ser revisado y fortalecido.

Las direcciones de correo electrónico y números de teléfono también fueron sometidos a un escrutinio minucioso. En cuanto a los números de teléfono, se encontró que un patrocinador había utilizado el mismo número en más de 2,000 formularios, presentados por alrededor de 200 patrocinadores diferentes. Asimismo, se registró que “un número de teléfono de la persona con parole se informó en 626 formularios diferentes y se asoció con 238 apellidos de personas beneficiadas diferentes y 142 direcciones de personas beneficiadas diferentes”.

En relación a las direcciones de correo electrónico, se observó que una dirección en particular se repitió en 363 formularios distintos. Este patrón de repetición no solo plantea interrogantes sobre la autenticidad de las solicitudes, sino que también sugiere una falta de rigor en el proceso de revisión.

El informe también examinó las respuestas proporcionadas en los formularios, revelando que algunas de ellas se usaron repetidamente. En un caso, la misma respuesta se presentó 4,978 veces. Además, variaciones ligeras de las mismas respuestas se reportaron en miles de ocasiones, lo que implica que la información fue copiada y pegada, una práctica que podría ser indicativa de un esquema organizado para presentar solicitudes fraudulentas.

Se identificaron también cambios sospechosos en las cuentas de los patrocinadores en el servicio en línea de USCIS, donde algunos cambiaron los nombres o los solicitantes del parole. Esto fue catalogado como “preocupante” por el informe, que sugirió la necesidad de realizar una revisión exhaustiva de estas cuentas para identificar posibles irregularidades.

El informe se adentra en los detalles de la información ficticia que fue utilizada para completar los formularios. Se encontraron códigos postales inexistentes, números de teléfono inválidos y números de Seguro Social falsos, lo que subraya la magnitud del problema. “En total, hay 2,839 formularios con códigos postales inexistentes”, lo que indica un nivel alarmante de desinformación y engaño en el sistema.

La verificación de los números de teléfono también reveló que los patrocinadores habían presentado 1,908 solicitudes utilizando 3,264 números que parecían ser ficticios. Además, algunos de estos números no eran estandarizados y mostraban patrones sospechosos, lo que sugiere que podrían haber sido generados artificialmente.

El uso de números de expediente A, que son únicos para cada caso de inmigración, también fue motivo de preocupación. Se descubrió que 1,085 números A en las solicitudes nunca habían sido emitidos por USCIS, apareciendo en un total de 4,590 formularios. En algunos casos, se utilizó un número A falso en 353 formularios diferentes, lo que resalta la necesidad urgente de un sistema más riguroso para validar la información presentada.

La tendencia de usar números fraudulentos de Seguro Social también fue objeto de análisis, mostrando una alarmante regularidad en la presentación de datos engañosos. Algunos de estos números eran tan similares que resultaban evidentes como fraudulentos, como “111111111” o “123456789”.

Por último, el informe analizó el alto volumen de solicitudes presentadas por menores de edad y el desbalance de género en las mismas, indicando que ciertas direcciones IP estaban asociadas con un 86% de mujeres en comparación con los hombres que solicitaban parole. Esto sugiere que un solo usuario pudo haber llenado múltiples formularios, muchos de los cuales estaban destinados a mujeres menores de 18 años.

En cuanto a las direcciones físicas utilizadas, se encontró un patrón inquietante, donde 100 direcciones fueron repetidas en entre 124 y 739 ocasiones en diversas solicitudes, vinculadas a un total de 19,062 formularios. Estas direcciones correspondían a parques de casas móviles, almacenes y otras propiedades comerciales, lo que indica que muchas de las solicitudes podrían estar vinculadas a un mismo grupo de solicitantes o a un esquema coordinado.

La suspensión del programa de parole humanitario, motivada por el descubrimiento de estas irregularidades y fraudes, resalta la necesidad de un sistema más sólido y eficiente que garantice la integridad del proceso de inmigración en Estados Unidos. A medida que se lleva a cabo esta revisión exhaustiva, el futuro de muchas familias que dependen de este programa queda en un limbo incierto. Las autoridades deberán encontrar un equilibrio entre la compasión por quienes buscan asilo y la necesidad de proteger la integridad de los sistemas de inmigración, a fin de evitar que el fraude ponga en riesgo a quienes realmente necesitan asistencia.