Protectores de animales en Cuba alertan sobre alarmante aumento de la caza de gatos para usarlos como alimento

Redacción

La agudización de la crisis económica en Cuba ha propiciado situaciones alarmantes y poco comunes, como la caza de perros y gatos con fines de consumo. Esta preocupante tendencia ha generado la indignación de defensores de los derechos de los animales, quienes destacan la falta de protección para las mascotas en un país donde las leyes contra el maltrato son inadecuadas. La situación ha llevado a muchos a reflexionar sobre la desprotección de los animales en medio de una crisis humanitaria.

Un artículo del portal informativo local señala que “la naturalización de estos hechos ha generado preocupación, especialmente entre las sociedades protectoras de animales de la provincia y los dueños de mascotas”, dejando en claro que muchas personas están temerosas por la seguridad de sus animales. Muchos optan por mantener a sus mascotas en el hogar, buscando protegerlas de un destino incierto.

Este texto aborda temas delicados relacionados con el maltrato y el consumo de animales domésticos en Cuba. Es importante señalar que algunas descripciones pueden resultar perturbadoras para los lectores sensibles a la violencia hacia los animales. Por ello, se recomienda discreción al abordar estas temáticas.

Mayte, una activista de BAC (Bienestar Animal Cuba), compartió su experiencia, explicando que ha tomado la decisión de no permitir que sus gatos salgan al jardín por miedo a que puedan ser robados. Prefiere mantenerlos seguros dentro de su hogar, una medida que, según ella, es la única forma de garantizar la seguridad de sus mascotas en Guantánamo. Esta reflexión resalta la angustia que sienten muchos dueños de animales ante un panorama cada vez más incierto.

La situación se agrava por la promoción de la venta de carne de gato en redes sociales. La inacción de las autoridades tanto legales como sanitarias ha intensificado la indignación y preocupación de activistas y ciudadanos. Esta problemática ha cobrado relevancia no solo en Guantánamo, sino en diversas partes de la isla, donde la crisis alimentaria ha llevado a personas a recurrir a prácticas extremas.

El Toque, un medio de comunicación independiente, subraya la proliferación de individuos que cazan, roban y consumen carne de mascotas, reflejando la profundidad de la crisis económica en el país. Este fenómeno es especialmente preocupante en comunidades vulnerables, donde la desesperación por conseguir alimentos ha llevado a actos que antes se consideraban impensables.

En barrios como “la Loma del Chivo”, “el Bayamo” y “Polvo en el Viento”, en Guantánamo, se ha documentado la existencia de redes dedicadas al hurto y la venta de gatos, así como su consumo. Un joven que se dedicó a esta actividad durante varios años compartió su experiencia con el portal mencionado, revelando que la caza y venta de carne de gato ha crecido debido “a la imposibilidad económica de acceder a otras fuentes de proteínas”. Su testimonio evidencia cómo la pobreza extrema ha empujado a algunos a realizar actividades que van en contra de la ética y la compasión hacia los animales.

Este mismo joven, hablando desde el anonimato, comentó que, con el tiempo, sus vecinos se enteraron de su actividad, y, al compartir la misma precariedad, comenzaron a hacerle encargos. Esto pone de manifiesto la normalización de estas prácticas en un contexto donde la supervivencia prima sobre la ética. La carne de gato no solo se vende como un alimento alternativo, sino que también se asocia a creencias populares. Se dice que la sopa elaborada con la cabeza de un gato tiene propiedades curativas para enfermedades neurológicas y artritis, perpetuando así prácticas que han sido transmitidas a lo largo de generaciones.

Hasta hace unos meses, el comercio de carne de gato se realizaba en secreto; sin embargo, a fines de febrero de 2024, la situación dio un giro alarmante cuando anuncios explícitos sobre su venta comenzaron a circular en redes sociales en Guantánamo. Esto no solo revela la existencia de esta práctica, sino también la desesperación que vive la población, obligada a recurrir a medidas extremas en un intento por satisfacer sus necesidades básicas.

“El consumo de carne de gato y sus consumidores es un reflejo de las carencias alimentarias que sufre el pueblo cubano y de las alternativas que encuentra ante el hambre. Sin embargo, esta medida desesperada, lejos de ofrecer una solución, genera grandes problemas”, advierte El Toque. Además de ser un tabú, el consumo de carne de gato plantea serios riesgos sanitarios. Los felinos pueden ser portadores de enfermedades como la toxoplasmosis, rabia y otros parásitos que son transmisibles a los seres humanos, lo que complica aún más la situación.

La crisis también ha suscitado una fuerte respuesta entre los defensores de los animales. Ellos consideran que el Decreto Ley 31/2021, que establece la Ley de Bienestar Animal, se ha convertido en “letra muerta”, debido a las sanciones insuficientes y a regulaciones que no se aplican efectivamente. Las constantes denuncias de maltrato animal en redes sociales son un testimonio de la ineficacia de estas normativas.

Por ejemplo, la organización CEDA (Cubanos en Defensa de los Animales) ha hecho un llamado en sus redes sociales para que la población denuncie cualquier actividad sospechosa relacionada con animales. En una publicación reciente, instaron a los cubanos a unirse en la lucha contra la barbarie: “Hagamos todo lo que esté en nuestras manos para detener la barbarie y que no se normalice de ningún modo. Denuncia, utilicemos los mecanismos que tenemos a nuestro alcance hasta el cansancio”, manifestaron.

En abril de este año, el régimen cubano no pudo evitar que un caso de esta naturaleza saliera a la luz en la provincia de Mayabeque. Las autoridades respondieron a las publicaciones que circulaban en redes sociales sobre el sacrificio de perros para la venta de su carne en determinadas áreas de la provincia. En un comunicado, el Ministerio de Agricultura se refirió a los hechos que ocurrieron en el municipio de San José de las Lajas, señalando que estos incidentes habían captado la atención de las autoridades debido a su amplia difusión en las redes sociales.

Cubanos que adquirieron esta carne y activistas locales presentaron una denuncia formal ante las autoridades contra los responsables de la matanza de estos animales. Esta situación ha puesto de relieve no solo la crisis alimentaria en la isla, sino también la profunda falta de respeto hacia la vida animal, que se ve agravada por un contexto socioeconómico desesperante.