En un intento por mejorar la movilidad en Cuba, el gobierno ha anunciado una nueva política que permite la importación directa de ciclomotores, motocicletas y triciclos eléctricos. Esta medida llega en medio de una grave crisis de transporte público en la Isla, caracterizada por una flota de ómnibus obsoletos y una significativa escasez de combustible.
El pasado 28 de julio, Eduardo Rodríguez Dávila, Ministro de Transporte, presentó esta innovadora política que permite a los particulares importar vehículos de baja cilindrada, es decir, aquellos con motores que no superen los 250 centímetros cúbicos (cc). Esta medida busca aliviar la crisis de transporte al ofrecer alternativas más económicas y sostenibles.
La cilindrada de un motor se refiere al volumen de los cilindros en el motor y está directamente relacionada con la potencia y el rendimiento del vehículo. Los vehículos con cilindrada baja, hasta 125 cc, son ideales para principiantes y para uso urbano, ya que ofrecen bajo consumo de combustible y menor costo de mantenimiento. Por otro lado, los de cilindrada media-baja, entre 125 cc y 250 cc, combinan buena potencia con eficiencia, siendo adecuados tanto para el uso urbano como para desplazamientos suburbano.
En cuanto a los precios en Miami, los motocicletas de hasta 250 cc varían dependiendo del modelo y la marca. Algunos ejemplos incluyen la Yamaha MT-03 2024, con un precio de alrededor de $4,999, y la Honda Navi Base 2022, que se ofrece a unos $1,807. También están disponibles opciones como la Brixton Felsberg 250 por $3,800 y la Suzuki GSX 250 R a $5,499, así como la Benelli BN 251 a $3,299. Estos precios reflejan una gama de opciones para diferentes presupuestos y preferencias.
Además de las motocicletas, la nueva política cubana también permitirá la importación de triciclos eléctricos, preferiblemente equipados con paneles solares para no sobrecargar el sistema electroenergético nacional. Esta medida es particularmente beneficiosa para diplomáticos y ciudadanos cubanos en el extranjero, quienes podrán traer su propio medio de transporte a la Isla al finalizar sus misiones.
Rodríguez Dávila destacó que una de las principales novedades de esta política es que los ingresos generados por los impuestos especiales sobre estas importaciones se destinarán a un fondo especial administrado por el Ministerio de Transporte. Este fondo se utilizará para mejorar el transporte público y las infraestructuras relacionadas, como las estaciones de carga para vehículos eléctricos. La política no solo busca aliviar la crisis de transporte, sino también promover la sostenibilidad y mejorar la calidad del transporte público en Cuba.
Esta nueva medida es un paso significativo hacia la modernización del sistema de transporte en Cuba, ofreciendo soluciones más sostenibles y accesibles a los ciudadanos mientras se enfrenta la crisis actual. La importación de ciclomotores, motocicletas y triciclos eléctricos podría marcar el inicio de una nueva era en la movilidad cubana, con un enfoque en la eficiencia y la sostenibilidad.