El tribunal municipal de Cienfuegos ha dictado una sentencia de cinco años de prisión para un carretillero llamado Leonardo Díaz Carrasco, acusado de agredir a dos inspectores que intentaban imponerle una multa. Este caso, que ha captado la atención de la comunidad, resalta las tensiones entre los trabajadores por cuenta propia y las autoridades locales en Cuba.
Los hechos ocurrieron el pasado 2 de febrero en el consejo popular La Juanita, donde Díaz Carrasco, un cuentapropista dedicado a la venta de productos agrícolas, fue sorprendido por dos inspectores del Poder Popular. Según informes del periódico 5 de septiembre, los inspectores se presentaron para comprobar que Díaz Carrasco estaba violando las tarifas establecidas por el gobierno. Tras verificar la infracción, lo citaron para que se presentara en el mercado agropecuario más cercano, donde se le notificaría la multa correspondiente.
Sin embargo, la situación escaló rápidamente. Al momento de firmar el recibo de la multa, Leonardo Díaz Carrasco reaccionó de manera violenta. “Díaz Carrasco le propinó dos golpes por la cara a la inspectora”, detalla el informe. Ante esta agresión, otro inspector presente intervino para intentar detener la situación, pero también fue atacado. Díaz Carrasco utilizó una de las pesas de la báscula para golpearlo, provocándole lesiones que, aunque no pusieron en peligro su vida, requirieron asistencia médica para su curación.
El juicio en el que se evaluó el caso de Díaz Carrasco se llevó a cabo el martes 23 de julio, donde los jueces encontraron suficiente evidencia para considerarlo culpable de dos delitos de atentado. La sentencia no solo incluyó la pena de prisión de cinco años, sino que también se le impusieron sanciones accesorias, que incluyen la privación de derechos públicos y la prohibición de salida del país por el mismo tiempo que la sanción principal.
Las agresiones hacia inspectores, que son una representación de la autoridad estatal, no son un fenómeno nuevo, pero la severidad de la condena en este caso podría enviar un mensaje claro sobre la intolerancia de las autoridades hacia la violencia y la desobediencia a las regulaciones establecidas.