El Carnaval de Santiago de Cuba, uno de los eventos más emblemáticos y esperados del país, comenzó oficialmente este jueves y se extenderá hasta el sábado. Sin embargo, la celebración, conocida como el «Rumbón Mayor», enfrenta una crítica creciente debido a los altos precios de los alimentos y bebidas, que están excluyendo a muchos ciudadanos del disfrute de esta festividad popular.
Un profesional, con un salario de aproximadamente 7,000 pesos, mencionó que, tras cubrir sus gastos básicos de alimentación, sólo le quedan alrededor de 1,500 pesos al final del mes. “Ya saqué la cuenta, mi mujer y yo vamos a salir un día, tomaremos un par de cervezas cada uno, comeremos ‘algo’, caminaremos un rato, y para la casa,” explicó, señalando que estos precios limitan severamente su participación en el evento.
La cerveza se vende entre 200 y 240 pesos, el pollo frito cuesta 400 pesos, y la malta se comercializa a 300 pesos. Los jugos de lata están a 250 pesos, mientras que una pizza de queso se vende por 120 pesos. El tradicional bocadito con cerdo, conocido como pan con lechón, tiene un precio de 200 pesos, aunque algunos informan que puede llegar hasta 250 pesos.
El joven describió que, al pasear por la Avenida de Céspedes, en la zona del carnaval de Sueño, notó una abundancia de comida y bebida, pero con muy pocas personas consumiendo. “Los últimos años ha sido así: tradicionalmente siempre de noche hay más personas celebrando. Sin embargo, durante el día hay gente consumiendo, pero es que a duras penas sobrevivimos, y ni pensar en beber o comer. Claro, siempre hay quien puede, pero los que vivimos del salario, salimos un día nada más,” comentó.
Este año, el llamado Rumbón Mayor se celebra en un contexto económico complicado, caracterizado por una inflación descontrolada, brotes de enfermedades en la ciudad y apagones constantes que afectan a la población. La combinación de estos factores ha hecho que muchos santiagueros se vean obligados a recortar sus celebraciones.
Desde hace varios años, la venta de bebidas y alimentos en el carnaval ha sido delegada a entidades privadas, que han establecido precios que muchos consideran inalcanzables para el cubano promedio. Este cambio ha generado una notable disparidad en los precios y ha contribuido a la exclusión de aquellos con ingresos más modestos.
En 2023, Yasmani Castro Caballero criticó en Facebook los precios del carnaval, donde el bocadito de carne de cerdo se vendía por 100 pesos y una cerveza por 250 pesos, comparándolo irónicamente con los costos en Dubái. Castro comentó que una pizza costaba 80 pesos y que, al pasear por la Avenida Céspedes, encontró precios que le hicieron sentir como si estuviera en un emirato rico en lugar de en Santiago de Cuba.
«La avenida de Céspedes estaba vacía, comparando con otros años. La mayoría de los quioscos eran particulares, no había uniformidad en los precios y no muy lejos las entidades estatales, cuyos productos no eran muy asequibles para toda la población,» lamentó otro cubano en las redes sociales, señalando la falta de cohesión y accesibilidad en los precios del carnaval.
Félix Font también criticó duramente el Carnaval de Santiago de Cuba en 2023, calificándolo como “el más malo en la historia.” Font no solo cuestionó los precios elevados de la oferta gastronómica, sino también la organización general del evento, que, según él, no cumplió con las expectativas de los asistentes.