El gobierno cubano, consciente del papel histórico del carnaval de Santiago de Cuba como válvula de escape para las tensiones sociales, ha decidido seguir adelante con la celebración del Rumbón Mayor este año, a pesar de enfrentar múltiples desafíos. Así lo informó el periódico oficialista Sierra Maestra, destacando que el evento para adultos se llevará a cabo del 25 al 27 de julio, mientras que el carnaval infantil se redujo a una única jornada coincidente con el último domingo.
La decisión de mantener la celebración del carnaval, según el vocero oficialista, se presenta como un esfuerzo para brindar un momento de alegría y esparcimiento a la población, a pesar de las difíciles condiciones económicas que atraviesa el país. Aunque el evento se limitará a tres días, se anunció el regreso de las principales áreas de baile, tanto con música en vivo como grabada, en un intento por recrear el espíritu festivo característico del carnaval santiaguero.
El periódico también detalló que el 24 de julio se llevará a cabo una gala artística en el Parque Céspedes como parte de las festividades, coincidiendo con el aniversario 509 de la Villa de Santiago de Cuba. Este evento cultural pretende añadir un toque de celebración y orgullo local a la fiesta.
Sin embargo, no se puede ignorar la crítica y la preocupación expresada por los residentes locales y observadores externos respecto a la calidad y organización del carnaval en años recientes. Félix Font, un cubano que compartió sus impresiones en redes sociales, describió el carnaval del año anterior como el peor en la historia, lamentando tanto los altos precios de la comida como la falta de coherencia en la oferta de productos entre los quioscos privados y las entidades estatales.
Font señaló además que la música se cortaba a altas horas de la noche, seguido por apagones que interrumpían bruscamente la diversión y la cohesión de la celebración. Estos problemas logísticos y económicos parecen persistir hasta la edición actual del carnaval, exacerbados por los continuos cortes de electricidad que afectan a la ciudad, a pesar de las promesas gubernamentales de mejoras para el verano.
Además de los problemas energéticos, Santiago de Cuba también enfrenta desafíos sanitarios significativos este año. La presencia confirmada de virus como el dengue y el Oropouche ha aumentado las preocupaciones sobre la seguridad y la salud pública durante el Rumbón Mayor. Estos virus transmitidos por mosquitos han complicado la planificación y ejecución de grandes eventos al aire libre, agregando una capa adicional de incertidumbre y precaución para los organizadores y asistentes por igual.
