El régimen cubano anunció este viernes la sustitución de Gladys Bejerano Portela como contralora general de la República, tras desempeñar este cargo durante 14 años. Este cambio fue presentado por el gobernante Miguel Díaz-Canel como parte de un proceso de renovación de cuadros dentro del gobierno.
Miguel Díaz-Canel destacó la labor de Bejerano, quien a sus 77 años, ha sido una figura clave en la fundación y desarrollo de la Contraloría General de la República. «Su comportamiento ético y revolucionario es un ejemplo de militante comunista para todos», expresó el mandatario, subrayando su dedicación y compromiso con los valores del régimen.
Para sustituir a Bejerano, Díaz-Canel propuso a Mirian Marbán González, quien ha sido la primera vicecontralora general desde 2018. La propuesta fue presentada durante una sesión de la Asamblea Nacional, donde los diputados procedieron a votar y aprobar la designación de Marbán González. Según el portal oficialista Cubadebate, la aprobación fue casi unánime.
Marbán González, de 48 años, es licenciada en Historia y en Contabilidad y Finanzas. Además, es miembro del Comité Central del Partido desde 2016, lo que refuerza su perfil como una figura con una sólida formación y trayectoria dentro del sistema político cubano.
Gladys Bejerano, quien durante su mandato auditó ministerios y empresas en el país, fue destituida en un momento marcado por la campaña del régimen contra la corrupción. Su cese ocurre apenas dos meses después de haberse pronunciado públicamente sobre la detención del exministro de Economía, Alejandro Gil, quien fue destituido en febrero y está siendo investigado por cargos de corrupción.
En una entrevista con la agencia Efe, Bejerano calificó la detención de Gil como una «traición» y subrayó que la corrupción no es un fenómeno repentino, sino un proceso gradual de descomposición. «No se cae en la corrupción ‘en paracaídas’, sino que es un proceso de descomposición», afirmó, destacando que las etapas de escasez y crisis favorecen las ilegalidades, pero criticando a aquellos que se aprovechan de estas situaciones de manera «cruel».
«Corrupción es descomposición, es un proceso de pérdida de valores, de estima a sí mismo, de respeto a sí mismo y entonces eso lo va poniendo en ese camino», comentó Bejerano, añadiendo que algunos individuos se vuelven corruptos «por autosuficiencia, por vanidad, por prepotencia». Sus declaraciones reflejan una visión crítica y profunda sobre los factores que contribuyen a la corrupción en el país.
En los últimos meses, se ha observado una notable tendencia de remociones de altos dirigentes de sus puestos. En mayo, el Consejo de Estado cesó a Ricardo Cabrisas como ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, aunque lo mantuvo en su cargo de viceprimer ministro. Esta decisión se enmarca en una serie de cambios que han afectado a diversas figuras políticas en Cuba, incluyendo gobernadores, vicegobernadores y primeros secretarios provinciales del Partido.
La destitución de Bejerano y otros funcionarios se realiza generalmente sin que el régimen informe las causas específicas de estos «truenes». Esta práctica común de no comunicar los motivos detrás de las destituciones genera especulaciones y dudas sobre la transparencia de los procesos dentro del gobierno.
