¡Viral! Joven cubana muestra cómo gasta 5000 pesos en solo unos y apenas logra comprar comida para su casa

Redacción

En un video compartido en TikTok, la joven cubana llamada Anita Mateu (@anita.mateu) expuso la alarmante inflación que afecta a su país, mostrando cómo gastó 5,000 pesos cubanos en solo unos minutos y en una compra mínima de productos alimenticios. El mensaje que acompañaba el video era claro y directo: “La triste realidad de mi país”.

Anita detalló que el gasto, equivalente al salario mensual de un profesional en Cuba, incluyó solo dos pomos de refresco, dos sobres de azúcar, habichuelas y un cartón de huevos, de los cuales varios se rompieron, comentando que “Hay unos cuantos pesitos botados ahí”. Resaltó con tristeza que estos pocos productos consumieron todo el ingreso que un médico en Cuba recibiría en un mes.

La joven también expresó su sorpresa al encontrar en la calle varios productos españoles, una evidencia de que las tiendas estatales, incluso aquellas que operan en divisas, están desabastecidas, obligando a los cubanos a recurrir a las mipymes para adquirir lo necesario.

Este problema no se limita solo a la comida. En Cuba, la inflación afecta todos los aspectos de la vida cotidiana. Cuando queda algo del salario mensual, los precios de otros productos son igualmente prohibitivos. Durante la 32 Feria Internacional del Libro en marzo pasado, los altos precios de los libros dejaron a muchos con un sabor amargo. Un solo libro podía costar lo equivalente a un salario mensual completo, lo que para muchos era simplemente inalcanzable.

El comunicador Yosmany Mayeta compartió en Facebook la indignación de una madre que, al llevar a su hijo a la feria, se vio obligada a no comprar ningún libro debido a los precios exorbitantes. “Este mensaje es solo para decirle que estos son los precios por unidad de la Feria del Libro para niños. Que el salario de un mes de nosotros, los padres es, aproximadamente, lo que vale un libro”, denunció la mujer, reflejando la desesperación de muchos padres que desean fomentar la lectura en sus hijos pero se ven impedidos por la situación económica.