El reconocido actor cubano Jorge Martínez se abrió recientemente sobre el difícil camino que recorrió hace casi una década cuando fue diagnosticado con un cáncer de pulmón en etapa avanzada. En una emotiva entrevista con la actriz Maikel Amelia para la plataforma Familia Cubana en YouTube, Jorge, conocido cariñosamente como Yoyi, compartió detalles de su experiencia, que incluyó dos intervenciones quirúrgicas.
La historia de Jorge está marcada por la tragedia y la supervivencia. Su hermano, quien recibió el mismo diagnóstico de cáncer de pulmón, no tuvo la misma suerte. “Mi hermano murió hace un año de lo mismo que tenía yo, él no se pudo salvar. A mí me tocó luchar más, pude reaccionar bien a los medicamentos, él no lo logró”, confesó el actor. Esta pérdida ha dejado una huella profunda en él, pero también lo ha impulsado a valorar más su propia batalla ganada.
Jorge atribuye su recuperación a una combinación de factores, incluyendo su fuerza mental y física, así como la actitud positiva que adoptó durante su tratamiento. “No echarte a morir” fue su mantra, una filosofía que adoptó desde el momento en que fue diagnosticado. Según él, mantener una actitud positiva fue crucial. “Recuerdo lo que me dijo el neumólogo: ‘Olvídate de la palabra cáncer, eso no existe. Tú, pa’lante’”, contó, resaltando la importancia del apoyo emocional y psicológico que recibió de los médicos.
La fortaleza física de Jorge también jugó un papel importante en su recuperación. “Creo que he tenido la suerte de ser una persona fuerte de mente y de constitución física que, a pesar de todo, pude afrontar dos operaciones tan fuertes como las que tuve, de pulmón y de la glándula suprarrenal, pude salir a flote”, explicó. Además, su organismo respondió favorablemente a los tratamientos, lo que le permitió superar las adversidades médicas que enfrentaba.
Sin embargo, el camino no fue fácil. Jorge recuerda los momentos difíciles, especialmente al ver cómo se debilitaba y perdía el pelo debido al tratamiento. Pero su voluntad de seguir adelante siempre fue más fuerte. Esta determinación lo llevó a continuar su tratamiento en el hospital oncológico de La Habana, donde todavía recibe atención.
“Aún me inyecto una vacuna que hacen en el Centro de Inmunología Molecular, son cuatro pinchazos cada 28 días. Ya llevo casi nueve años, gracias a la vida y gracias a esos médicos, libre de cáncer”, celebró. Esta vacuna ha sido fundamental para mantener su salud y evitar la recurrencia del cáncer. Aunque el tratamiento es doloroso, Jorge lo afronta con gratitud y fortaleza, sabiendo que es un precio pequeño a pagar por la vida