En un operativo intensivo llevado a cabo entre los días 12 y 13 de julio, el gobierno cubano clausuró 53 negocios privados tras realizar 891 inspecciones en todo el país. El primer ministro Manuel Marrero Cruz informó que durante estas inspecciones se detectaron más de 4,000 violaciones y se impusieron multas que superan los 13 millones de pesos a Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes), según un reporte de Cubadebate.
Entre las principales infracciones detectadas se encuentran la ocultación de productos tras el tope de precios implantado por el gobierno y la venta de bienes a precios no regulados. Marrero Cruz destacó que se llevaron a cabo 354 ventas forzosas a los precios establecidos y se decomisaron productos en 21 casos adicionales. «Estamos yendo a donde están los productos», afirmó el primer ministro, subrayando que el objetivo de estas acciones «no es cerrar negocios, sino asegurar el cumplimiento de las normativas».
Sin embargo, Marrero enfatizó la necesidad de tomar medidas firmes para controlar los precios y garantizar la accesibilidad de los bienes para la población. Este proceso de inspección y regulación se inició el 8 de julio y se ha mantenido en curso, con intercambios y reuniones con 4,363 formas de gestión no estatal. Marrero explicó que los precios topados se establecieron para frenar su crecimiento descontrolado, aunque reconoció que aún no reflejan la relación adecuada entre precios y salarios. También señaló que los precios de las tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC) del estado son iguales o más altos que los de las Mipymes.
El primer ministro afirmó que actualmente hay 7,300 inspectores en las calles y que este número podría aumentar hasta 20,000. «La solución definitiva a los altos precios es producir más e incrementar la oferta de bienes y servicios a la población», añadió Marrero Cruz. A pesar de estas acciones, aclaró que el gobierno no busca cerrar negocios indiscriminadamente, sino persuadir a los comerciantes para que cumplan con las regulaciones establecidas. «Continuaremos con este enfrentamiento, realizaremos acciones conjuntas y sistemáticas», concluyó.
Estas medidas se enmarcan en un contexto de crisis económica en Cuba, donde la inflación y la escasez de productos básicos han afectado gravemente a la población. La víspera, el mandatario Miguel Díaz-Canel afirmó que no se trata de una «cacería de brujas» contra los emprendimientos privados, pero llamó a «reordenar» estas iniciativas. Marrero sostiene que si bien los precios de las tiendas estatales en MLC son más altos que los de algunos productos que se han topado, «es injusto hacer ese análisis» comparativo.
«Nuestras tiendas recaudadoras de divisas están enfrentadas a un escenario tan complejo como el que hemos expresado aquí. No compran esos recursos, el pollo, el aceite, en los mismos mercados donde los compran las formas de gestión no estatal», subrayó Marrero en su intervención ante la Asamblea Nacional. Dijo que las tiendas del estado «no trabajan con el mercado ilegal de divisa, trabajan a 1×120, por tanto el análisis es otro. Ellos tienen que ir a comprar a mercados más lejanos a precios más caros porque hemos tenido dificultades en el pago a los proveedores, pagando unos fletes muy caros, por tanto no es justo hacer ese análisis», justificó.
El régimen cubano estableció el tope de precios para varios productos vendidos por las Mipymes la semana pasada y desde entonces ha multado a los establecimientos que no cumplen con la medida. En este contexto, el gobierno argumenta que los precios en las tiendas estatales en MLC son más altos debido a las complejidades y los costos adicionales que enfrentan.
Marrero ha insistido en que estas acciones buscan proteger a la población de los precios abusivos y asegurar que los productos básicos estén disponibles a precios más accesibles. Sin embargo, la implementación de estas medidas ha generado polémica y críticas entre los comerciantes y el público en general. Los negocios privados se enfrentan a un entorno de creciente presión y regulación, mientras la economía cubana lucha por estabilizarse en medio de una crisis persistente.
En su intervención, Marrero también destacó la importancia de la producción nacional como una solución a largo plazo para los problemas económicos del país. «Debemos enfocarnos en incrementar la producción interna para reducir la dependencia de las importaciones y mejorar la oferta de bienes y servicios», dijo. A pesar de las dificultades actuales, expresó optimismo sobre la capacidad del gobierno para implementar las reformas necesarias y lograr una mayor estabilidad económica.
El primer ministro concluyó reiterando el compromiso del gobierno con la regulación del sector privado y la protección de los consumidores. «Seguiremos trabajando para garantizar que todos los actores económicos cumplan con las normativas y contribuyan al desarrollo sostenible del país», afirmó. La situación económica en Cuba sigue siendo crítica, y las medidas recientes reflejan los esfuerzos del gobierno para abordar los desafíos y avanzar hacia una mayor estabilidad y equidad económica.