La creatividad del cubano no tiene límites, especialmente en tiempos de escasez, y más aún cuando se trata de la bebida más consumida en la nación caribeña después del agua: el café. Este ingenio se manifiesta de manera notable en situaciones de adversidad, donde las soluciones más inusuales se convierten en parte del día a día.
La activista Irma Broek compartió en Facebook un video que ilustra perfectamente esta capacidad de adaptación. En el video, se puede ver a un hombre mayor colando café usando una antorcha de soldar. «Aquí estamos tratando de colar café porque no tenemos corriente, no hay gas, no hay nada», explicó el protagonista del video, mostrando la realidad de muchos cubanos frente a la falta de recursos básicos.
El video muestra al hombre, sentado frente a una mesa, sosteniendo la antorcha de soldar encendida mientras calienta la base de una cafetera moka. La imagen es impactante y a la vez conmovedora, reflejando la lucha diaria por mantener una rutina que, en otras circunstancias, sería sencilla y habitual.
“El café hay que tomarlo”, afirmó el hombre con determinación, agradeciendo además a su hija por llevarle “una coladita”. Este simple acto de agradecimiento revela la profunda conexión cultural y emocional que los cubanos tienen con el café, una bebida que va más allá de su función como estimulante y se convierte en un símbolo de resistencia y comunidad.
La pasión por el café humeante y oscuro es tan intensa que, ante la escasez, las personas recurren a ingeniosos inventos para poder disfrutar de un sorbo. En enero, otro cubano mostró su ingenio al lograr que su vieja cafetera, deteriorada por el uso, colara café con un ingenioso invento. Este hombre colocó una manguera en el pico por donde debería salir el café, logrando así recopilar el néctar en un jarrito, a pesar de las condiciones adversas.
“El objetivo de hacer este video no es que alguien me regale una cafetera nueva que cuele bien, rico y fácil el café, sino mostrar de qué es capaz un cubano que no tiene recursos”, comentó el hombre, subrayando el espíritu de autosuficiencia y la habilidad para improvisar en tiempos difíciles. Su cafetera, fundida y deformada por el uso y posibles accidentes, se convierte en un testimonio de resiliencia y creatividad.