Denuncian colapso de hospitales en Santiago de Cuba ante aumento de casos de dengue y virus Oropouche

Redacción

Un ciudadano, que pidió mantenerse en el anonimato, relató que su familiar llegó al hospital con dificultad para respirar, solo para descubrir que no había botellones de oxígeno disponibles; estos estaban reservados exclusivamente para los casos más graves. Esta situación es reflejo de un sistema de salud colapsado, incapaz de atender adecuadamente a la creciente afluencia de pacientes.

El mismo denunciante describió que la sala de observaciones estaba en condiciones deplorables: llena de moscas, sin camas adecuadas ni aire acondicionado, lo cual es especialmente preocupante en medio de la pandemia de fiebre del Oropouche y dengue que afecta la región. “Es muy triste ver cómo está todo hecho leña, la asquerosidad tan grande que existe en ese hospital, que no tengamos nada para socorrernos, eso es una fachada, no es fácil, que Dios nos ampare de enfermedades”, comentó una vecina.

A pesar de estas graves denuncias, Manuel Falcón Hernández, gobernador de la provincia, presumió en Facebook sobre la reciente reparación de las áreas de urgencias del Hospital Provincial Saturnino Lora. Según Falcón, esta intervención constructiva permitirá “brindar un espacio más confortable y funcional a los pacientes que requieren atención médica”. Sin embargo, estas declaraciones contrastan fuertemente con la realidad descrita por los pacientes y el personal del hospital.

Una enfermera, que también pidió permanecer en el anonimato, reveló a CiberCuba que el personal médico se ve obligado a usar guantes lavados y no esterilizados debido a la falta de suministros. Incluso mencionó que ha presenciado a médicos realizar procedimientos sin guantes. “No hay cefalosporinas ni meropenem, dos de los antibióticos más importantes. Tampoco hay en estos momentos ni dipirona ni diclofenaco. Están en falta los protectores gástricos”, puntualizó. Aunque las reparaciones son necesarias, estos medicamentos y suministros son igualmente vitales para la atención médica.

La crisis se extiende más allá del Hospital Provincial Saturnino Lora. En el Hospital Materno Norte Tamara Bunke, también en Santiago de Cuba, los trabajadores deben enfrentarse a turnos de 12 horas con una alimentación extremadamente deficiente. Una técnica del hospital denunció que solo les ofrecen un plato de arroz blanco como almuerzo, sin ningún otro tipo de acompañamiento, y que deben soportar estas largas jornadas laborales con un sustento tan limitado.

Mayeta también hizo eco de la denuncia de una trabajadora del Materno Norte, quien alertó sobre las injustas sanciones laborales impuestas por la administración del hospital. Según esta trabajadora, fue sancionada por no usar zapatos y medias, artículos que el hospital no proporciona y que ella no puede comprar con su salario. “Están poniendo multas de 100 y hasta de 400 pesos”, añadió, subrayando la contradicción de exigir tanto al personal cuando no se les proporciona ni siquiera un ventilador para combatir el calor.

Recientemente, el régimen en Santiago de Cuba fue objeto de críticas por priorizar la reparación de algunas áreas de otro hospital, mientras problemas cruciales como la escasez de insumos médicos y medicamentos siguen sin solución. Esta priorización de la apariencia sobre la funcionalidad real agrava aún más la crisis en el sistema de salud cubano.