Manuel Marrero vuelve a atacar a las MiPymes asegurando que en algunas provincias están dejando destruir empresas estatales para justificar que sean luego privatizadas

Redacción

El primer ministro de Cuba, Manuel Marrero Cruz, reveló una presunta estrategia de corrupción en Cienfuegos, donde algunos dirigentes habrían permitido el deterioro de empresas estatales de servicios con el fin de justificar su privatización posterior.

Esta noticia fue divulgada el pasado sábado durante una visita gubernamental a la provincia, en la cual Marrero Cruz pidió medidas más estrictas contra aquellos que cometen delitos e ilegalidades. Además, criticó a los propietarios de ciertas micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), acusándolos de hacerse “millonarios” a expensas del erario público y de propagar la corrupción en el país.

En su discurso, el primer ministro describió una supuesta táctica de funcionarios corruptos en Cienfuegos. Según sus declaraciones, estos funcionarios habrían intencionalmente descapitalizado empresas estatales, justificando luego su privatización debido a su baja productividad y eficiencia. Marrero Cruz mencionó la “descomercialización” de locales que, en su momento, formaban parte de “la mejor gastronomía de Cuba”, pero que terminaron siendo arrendados a particulares.

“Los dejamos deteriorarse, bajo la excusa de que hay pocos recursos, y a pesar de todas las políticas que hemos aprobado de la autogestión y todo, que se autodestruye. Una estrategia intencionada para después justificar que hay que privatizar”, dijo Marrero Cruz, según se pudo ver en las imágenes del Noticiero de la Televisión Cubana (NTV).

El reporte del NTV mostró solo un breve fragmento con las palabras del primer ministro, sin profundizar en detalles sobre investigaciones, sospechosos o condenados por estos hechos. Marrero Cruz extendió nuevamente la sombra de la sospecha sobre dirigentes y “nuevos actores económicos” del país, sugiriendo que la corrupción está ampliamente difundida.

“¿Qué es lo que se ha hecho? ¿Qué se ha hecho? El que se equivocó, que asuma la responsabilidad. Sea quien sea. Esa siempre ha sido la política del gobierno”, enfatizó Marrero Cruz, alineándose con la postura del gobierno de Miguel Díaz-Canel.

El proceso de privatizaciones en Cuba ha sido opaco y creciente. La llegada al poder del general Raúl Castro, tras la enfermedad de su hermano Fidel Castro, inició una lenta transformación del modelo comunista del régimen cubano. Se hicieron pequeñas aperturas a la iniciativa privada y a la lógica de mercado en el funcionamiento de las empresas estatales, pero estas reformas fueron limitadas.

Durante su mandato, Raúl Castro permitió la creación de nuevas formas de trabajo por cuenta propia y la privatización parcial del sector del transporte público. Sin embargo, estas medidas no significaron una liberalización amplia de la economía. A finales de mayo de 2014, el régimen aprobó un programa de desarrollo hasta 2030, que mantenía “la propiedad social sobre los medios fundamentales de producción” y descartaba privatizar empresas durante ese período.

Marino Murillo Jorge, conocido como el “zar” de las reformas económicas de Raúl Castro, presentó el plan para 2016-2030, insistiendo en la importancia de “mantener la propiedad social sobre los medios fundamentales de producción y lograr un modelo de desarrollo socialista, con eficiencia”. Las metas incluían estimular la ciencia, tecnología, innovación y modernizar la infraestructura del país.

Con la llegada al poder de Miguel Díaz-Canel, el discurso oficial continuó rechazando la privatización de empresas. En diciembre de 2019, Díaz-Canel afirmó que la privatización no era el camino, asegurando que se eliminarían trabas para potenciar la empresa estatal. Sin embargo, en marzo de 2021, el Ministerio de Comercio Interior de Cuba (MINCIN) aprobó una normativa que permitía privatizar la gestión de establecimientos estatales de comercio, gastronomía y servicios.

La Resolución 48/2021, publicada en la Gaceta Oficial de Cuba el 23 de marzo de ese año, regulaba el arrendamiento de propiedades estatales a cuentapropistas. Esta normativa marcó un cambio significativo en la política económica del país, permitiendo a los emprendedores gestionar locales estatales bajo arrendamiento, no traspaso.

Raúl Castro había convertido en cooperativas 258 restaurantes estatales, una pequeña fracción de los 1,900 establecimientos bajo control estatal en ese momento. En noviembre de 2020, Reuters informó sobre planes para privatizar la mayoría de los 7,000 restaurantes estatales, dejando solo una docena bajo gestión del MINCIN.

El proceso de privatización de restaurantes y otros servicios estatales se había discutido en el Congreso del Partido Comunista de 2011, pero no se implementó completamente hasta 2021. Para febrero de 2023, la prensa oficialista celebraba aperturas de negocios en colaboración entre empresas estatales y privadas, indicando una mayor apertura hacia la privatización.

La política económica de la “continuidad” de Díaz-Canel ha impulsado aún más la privatización de bienes y servicios, a través de “encadenamientos productivos” que buscan integrar esfuerzos entre el sector estatal y privado. Este enfoque refleja un cambio significativo en la gestión de la economía cubana, abriendo nuevas oportunidades y desafíos para el futuro del país.