La policía de Santa Clara, en la provincia de Villa Clara, detuvo este sábado a Luis Alberto Cambón León, un hombre que había perpetrado más de 15 robos haciéndose pasar por inspector de Higiene y Epidemiología. Según la información divulgada por el perfil de Facebook «Fuerza del Pueblo», asociado al Ministerio del Interior, Cambón fue arrestado después de robar el celular a una anciana dentro de su vivienda.
El ladrón simulaba ser un «trabajador de los mosquitos», término con el que se conoce popularmente a los inspectores encargados de controlar la presencia de insectos transmisores de enfermedades como el dengue y, más recientemente, el virus del Oropouche. Utilizando esta fachada, Cambón pedía permiso para ingresar a las casas y, aprovechando el descuido de sus víctimas, quienes en su mayoría eran personas mayores, robaba celulares y otros objetos pequeños de valor que estuvieran a su alcance.
“¿Cuántas personas habrán sido víctimas de este sinvergüenza?”, se preguntaba el perfil de «Fuerza del Pueblo», exhortando a los ciudadanos a denunciarlo si lo reconocían. “Ojalá y todos los ciudadanos que logren reconocerlo y conozcan sucesos como este, lo denuncien en la policía, para que le apliquen medidas jurídicas de rigor”, añadió la publicación, haciendo un llamado a no permitir que hechos como este queden impunes.
Este caso es un reflejo de la creciente ola de delincuencia que afecta a Cuba, donde la crisis económica, política y social ha exacerbado la inseguridad. La escasez de productos básicos y la alta inflación han incrementado los robos, asaltos y otros crímenes, que son denunciados diariamente en las redes sociales por una población desesperada que cuestiona la eficacia de las autoridades para garantizar la seguridad.
El gobierno cubano ha reconocido el aumento de la delincuencia y la ineficacia de sus políticas de «mano dura» para contenerla. Sin embargo, mantiene activos numerosos perfiles digitales que ensalzan las acciones policiales contra los delincuentes, intentando mostrar un control que muchos ciudadanos consideran inexistente.
