La Dirección de Asociaciones del Ministerio de Justicia de Cuba (MINJUS) invalidó la expulsión del ex Gran Maestro Mario Alberto Urquía Carreño y lo restituyó al frente del Supremo Consejo y de la Gran Logia de la isla. Según Cubanet, el órgano falló a favor de Urquía Carreño, quien fue removido de sus responsabilidades por los propios masones de la nación tras el robo de 19.000 dólares del Asilo Nacional Masónico a inicios de año.
En una carta dirigida al Soberano Gran Comendador, José Ramón Viñas Alonso, el MINJUS indicó que el proceso investigativo debió estar a cargo de un “Tribunal Superior”, lo cual violó los derechos del Gran Maestro de contar con un accionar adecuado y la presunción de inocencia. “En todo el proceso suscitado hasta la fecha advertimos violaciones de derechos que le vienen reconocidas desde nuestra Carta Magna como ciudadano cubano en primer orden, hasta las reguladas en normas internas de los cuerpos masónicos aludidos”, refiere la misiva a la cual tuvo acceso Cubanet.
De esta manera, el MINJUS revocó la decisión del Supremo Consejo del Grado 33 para la República de Cuba, que por votación unánime de la Alta Cámara decretó la expulsión del Gran Maestro debido «a las graves conductas analizadas». Como consecuencia de esa disposición del Supremo Consejo, en marzo pasado, los representantes de las más de 300 logias del país acordaron también la expulsión de Urquía, impidiéndole abrir y presidir la sesión semestral de la Alta Cámara masónica (Poder Legislativo).
Con el citado veredicto, Urquía Carreño retoma su puesto ante la Gran Logia de Cuba, lo cual no solo invalida el deseo de los masones, sino que deja improcedente la designación de Juan Alberto Kessel Linares como Gran Maestro. La absolución también obvia las acusaciones contra Urquía por incumplimiento del deber de denunciar y preservar los bienes de entidades económicas, las cuales se realizaron en febrero a nombre del Patronato del Asilo y el Director del Asilo Nacional Masónico.
Asimismo, fue acusado ante las autoridades cubanas por apropiación indebida de 2,360 dólares, algo que no se menciona en ningún documento, mientras el MINJUS reconoce la participación de Urquía en la denuncia por el robo de los 19 mil dólares y alega que «no ha sido instruido de cargos, ni se ha puesto a disposición de la Fiscalía y fue concluido como caso sin lugar”. Cuando en enero pasado Urquía Carreño comunicó lo sucedido, aseguró que en un inicio la mayor parte de los hermanos comprendieron que el robo del dinero era un hecho despreciable y ajeno a su voluntad, y se comprometió a reponer el dinero.
Sin embargo, ese aparente respaldo desapareció y la comunidad masónica de la isla manifestó su rechazo total a la restitución del Gran Maestro, considerando el veredicto del MINJUS una intromisión en sus asuntos e imponiendo sus decisiones. Según reseña Cubanet, algunos masones expresaron su preocupación por el accionar del gobierno, que pretende «dominar a los masones y deshacerse de todos aquellos que le somos incómodos a la dictadura”.
El historiador Gustavo Pardo afirmó que la decisión de las autoridades puede desembocar en “hechos muy lamentables para la Fraternidad cubana, incluyendo el cese en el cargo del actual Soberano Gran Comendador y hasta la posible irregularidad del Supremo Consejo del Grado 33”.