Los Carabineros italianos (policía militarizada) detuvieron este jueves a un joven cubano de 22 años que había transformado el sótano de su casa en Roma en un laboratorio de armas clandestinas y ya tenía todo un arsenal, según informó un comunicado.
El joven, Edgar Molina, guardaba un revolver cargado debajo de la almohada y en el sótano de la casa encontraron un laboratorio clandestino con numerosas armas caseras, como una metralleta, una pistola con el número de serie parcialmente desgastada y otra con forma de bolígrafo, que había construido él mismo. Además, había botes de gases lacrimógenos caseros, cien cartuchos artesanales, pólvora y material suficiente para hacer artefactos pirotécnicos peligrosos.
Además de las armas, se incautaron 20 gramos de hachís, un torno, sierras y herramientas necesarias para fabricar los artefactos, así como varias instrucciones escritas a mano en español con los planos para construir las pistolas y rifles. Molina fue detenido y puesto en prisión provisional a espera de juicio por supuesta posesión ilegal de armas y municiones, fabricación ilegal de armas y municiones, mientras los investigadores siguen trabajando para averiguar si el joven estaba al servicio de grupos criminales más estructurados.
La policía estuvo realizando numerosos registros en esa zona de la capital, después de que el pasado 23 de mayo una mujer de 82 años falleció por el impacto de una bala perdida durante un tiroteo entre bandas criminales. Los agentes decidieron registrar la vivienda de Molina porque ya había sido arrestado por tráfico de drogas, pero no esperaban encontrarse “a un joven que estaba dispuesto a hacer la guerra”, afirmaron los investigadores.