En 2023, la provincia de Las Tunas vivió un alarmante incremento en los robos a bodegas, afectando significativamente el sector de Comercio Interior. Según declaraciones de Raymel Espinosa Saborit al diario local Periódico 26, estos robos han dejado pérdidas millonarias, resaltando la vulnerabilidad de estos establecimientos en medio de la crisis.
La crisis económica, el hambre y la vulnerabilidad estructural de las bodegas las han convertido en objetivos fáciles para los ladrones. Espinosa Saborit señaló que estos delitos representan el 84.7% de las pérdidas por robos o malversaciones en la región. Puerto Padre, en particular, ha sido la localidad más afectada, con 30 bodegas saqueadas y pérdidas económicas que ascienden a 579.890 pesos cubanos (CUP).
Entre los productos más robados se encuentran 43.900 libras de azúcar, 30.000 libras de arroz, 1.180 libras de frijoles, 927 litros de aceite, y otros esenciales como café, chícharos y compotas para niños. Estos productos son parte fundamental de la canasta básica, haciendo que los robos tengan un impacto aún más devastador en la comunidad.
El Ministerio del Interior (Minint) ha investigado cada uno de los robos, identificando que la poca iluminación y la falta de protección en las bodegas facilitan estos actos delictivos. Además, los ladrones son conscientes de que en estos lugares se almacena la escasa comida disponible en el país, lo que los convierte en blancos tentadores.
Espinosa Saborit destacó que se está analizando la posibilidad de convertir plazas en puestos de custodios para mejorar la seguridad, pero admitió que esta no sería una solución definitiva ni abarcaría la extensa red de bodegas. Actualmente, solo 44 de las casi 700 bodegas en la provincia tienen guardias de seguridad.
Un caso ejemplar es el de la bodega El Sazón, administrada por Yoel Rey González, que fue robada en marzo pasado. Los ladrones se llevaron sacos de arroz, cajas de cigarros y refrescos mientras el custodio había abandonado su puesto. En febrero, la bodega La Roca también fue saqueada en horas de la madrugada, llevándose arroz y cigarrillos. La administradora Malena Reynaldo Sánchez y su esposo han tenido que vigilar la tienda ellos mismos, invirtiendo 28.000 pesos en rejas y seguridad, con la ayuda de los vecinos.
Ante esta situación, se ha orientado a los administradores de las bodegas a implementar medidas de retardo, como la colocación de botellas y latas en las ventanas, así como la instalación de rejas y candados. Además, se pretende establecer una guardia obrera para mejorar la vigilancia.
Sin embargo, la mayoría de los robos ocurren entre las 2:00 y las 6:00 de la mañana, lo que ha dificultado la captura de los ladrones en acción. El diario oficialista Periódico 26 cuestiona la falta de detección de estos robos, señalando que robar un establecimiento de este tipo no es una tarea rápida y que debería ser percibido por los vecinos cercanos.
El robo en 97 bodegas de Las Tunas no solo ha causado pérdidas millonarias, sino que también ha revelado las profundas deficiencias en la seguridad y protección de estos establecimientos esenciales para la comunidad.