La feria que se celebraba en el parque de Línea y L en El Vedado, La Habana, se vio interrumpida este sábado debido a una pelea entre un grupo de ciudadanos mexicanos y cubanos. Las razones exactas detrás del altercado no están claras, pero la situación se agravó rápidamente, resultando en un enfrentamiento físico.
Las imágenes del incidente, compartidas por el medio independiente CubaNet en sus redes sociales, muestran la tensión y el caos que surgieron. Según testigos citados por CubaNet, el conflicto se intensificó debido a las frustraciones acumuladas por el calor, los apagones frecuentes y las dificultades diarias para obtener alimentos, que afectan a los cubanos y visitantes por igual.
El video del altercado muestra a tres jóvenes mexicanos persiguiendo a un joven cubano y enfrentándose con quienes intentaban calmar la situación. La pelea se descontroló cuando uno de los mexicanos dio un cabezazo a un cubano, lo que provocó una intervención más violenta de otros presentes. Durante la trifulca, se escucharon gritos de una mujer que intentaba mediar, señalando que los involucrados estaban ebrios.
La pelea, que involucró tanto a aquellos que trataban de mediar como a los que optaron por la violencia, dejó a varios con lesiones visibles, incluido un joven mexicano con un moretón en el torso.
En las redes sociales, una internauta lamentó la situación, señalando que «vivimos en la selva y nos comportamos como animales,» y reflexionó sobre las tensiones diarias que enfrentan los cubanos, como la preocupación constante por conseguir alimentos para sus familias.
Este incidente también resalta las críticas de algunos residentes del Vedado sobre la proliferación de ferias y mercados agrícolas en los parques urbanos, que consideran una «ruralización» indeseada de la ciudad. Estas críticas no son nuevas; en junio de 2022, varios habaneros expresaron su descontento con la creciente presencia de estos mercados en áreas residenciales, citando preocupaciones sobre el deterioro del paisaje urbano y la convivencia social.
El arquitecto y urbanista cubano Mario Coyula había advertido anteriormente sobre los peligros de esta tendencia, señalando que podría llevar al deterioro del sentido de pertenencia de los residentes a su ciudad.