Probablemente una de las aventuras que más ha cautivado a los cubanos en las últimas seis décadas sea El Capitán Tormenta. Esta serie, dirigida por Erick Kaupp y transmitida en vivo en 1974, logró mantener a su audiencia en vilo durante toda su emisión. La producción, basada en la obra literaria homónima de Emilio Salgari y adaptada para televisión por Amado Cabezas, logró mantener el suspenso hasta el último episodio, tanto para los espectadores como para los actores.
El guionista Amado Cabezas confesó en su blog que el misterio sobre la identidad del personaje «El Guante Blanco» se mantuvo hasta el final. «Recuerdo que en el último capítulo se descubría la identidad del personaje misterioso llamado El Guante Blanco. Era tal la expectación, que el director, mi gran amigo Erick Kaupp, y yo, nos pusimos de acuerdo para mantener la intriga, incluso entre los cinco actores que eran los sospechosos,» escribió Cabezas. Esta estrategia mantuvo a todos, incluido el reparto, en suspenso hasta el último momento.
La protagonista de la serie, María Cristina Piñeiro Obín, interpretó al capitán Tormenta, un joven valiente dispuesto a defender la ciudad de Famagusta, en Chipre, contra las tropas del sultán de Constantinopla. En realidad, este personaje era la Condesa de Eboli, quien se hacía pasar por un muchacho para mostrar su destreza en el combate. Otros actores destacados en la serie incluyeron a Tony Delgado, Pastor Felipe, Norberto Blanco, y Rogelio Leyva.
En una entrevista en el programa 23 y M, Cristina Obín confesó que nunca ha podido separarse del personaje de capitán Tormenta. Ella cree que trabajar para un público infantil significa que los niños llevarán ese recuerdo consigo a medida que crecen. Aunque siempre será recordada por este papel, Obín, nacida en Holguín en 1950, también participó en otras producciones notables como Doña Bárbara, Polvo Rojo, y varias entregas de Teatro ICR.
Durante los años 90, Obín vivió en Venezuela, donde continuó su carrera como actriz. Regresó a Cuba a principios de los 2000 con la intención de seguir trabajando en los medios, pero una enfermedad le impidió unirse a nuevos proyectos artísticos. Sin embargo, pudimos verla en el corto No somos nada, dirigido por Eduardo del Llano en 2014, y en la telenovela La otra esquina, dirigida por Ernesto Fiallo en 2015.
Paralelamente, Cristina Obín comenzó a publicar libros orientados al público infantil, inspirada por la ternura que le provocó ser abuela. “La ternura que me provocó ser abuela, la ternura que me han provocado los niños”, explicó a Edith Massola. Esto la llevó a escribir poesía y, posteriormente, narrativa infantil. Algunos de sus libros publicados incluyen Canciones para contar, Casa de tela, De papel, Otro ratón Pérez, y Cuentos ciertos.
Desde 2022, Cristina Obín reside en Estados Unidos, donde continúa su labor creativa y mantiene su legado como una figura querida de la televisión cubana. Su historia es un testimonio del impacto duradero de sus personajes y de su talento como escritora y actriz.
