Nunca tan certera la frase “la realidad supera la ficción” como en la inaudita y penosa escena vivida este lunes en Santiago de Cuba, cuando un féretro cayó de un carro fúnebre en medio de una céntrica y transitada avenida. El lamentable suceso, reportado por el comunicador Yosmany Mayeta en su perfil de Facebook, tuvo lugar en la avenida Victoriano Garzón, frente a un círculo infantil y en una zona muy concurrida de la ciudad oriental, a pocas cuadras de la sede provincial del PCC y cerca de la intersección que marca el kilómetro 969 de la Carretera Central.
Mayeta informó en su publicación: “Hace unas horas, un féretro se cayó de un carro fúnebre que transitaba por la céntrica Avenida Victoriano Garzón de Santiago de Cuba”. Acompañó su mensaje con un video y fotos que le hizo llegar una persona, mostrando la insólita situación. La fuente explicó al periodista: “Se salió esta caja de muerto del carro fúnebre, que al parecer, tenía la puerta media rota”.
El conductor del vehículo, al percatarse del incidente, retrocedió para recoger el ataúd. Dos hombres lo ayudaron a subir la caja al vehículo, mientras decenas de transeúntes se detuvieron a observar la escena. Lo que podría parecer una escena de ficción fue lamentablemente real y quedó registrado en imágenes que se compartieron en las redes sociales.
Mayeta añadió que no se sabe a dónde se dirigía el carro fúnebre y solicitó a sus seguidores “más detalles de esta penosa situación”. También transmitió sus condolencias a los familiares de la persona fallecida, reconociendo el dolor adicional que el incidente debió causarles.
Pese a lo inusitado, este incidente en Santiago de Cuba no es un hecho aislado y pone de manifiesto el crítico panorama económico del país. Los servicios funerarios no han escapado de la crisis, afectados por el deterioro y la carencia de vehículos adecuados, el déficit de combustible, la falta de materiales para fabricar féretros y la escasez de flores para las coronas.
No por habituales dejan de provocar dolor las escenas de cortejos fúnebres en los que los ataúdes son llevados en coches de caballos, tractores, motos, triciclos e incluso bicitaxis y carretillas. Estos métodos improvisados y poco dignos son un reflejo del estado crítico de los servicios públicos en Cuba y el impacto que tiene en la vida cotidiana de sus ciudadanos.