Trovador cubano Fernando Bécquer cumple su condena a prisión por abusos sexuales trabajando como recogedor de basura en La Habana

Redacción

El trovador cubano Fernando Bécquer, quien fue hallado culpable de cometer abusos sexuales contra mujeres y condenado inicialmente en octubre de 2022 a tres años y cuatro meses de limitación de libertad, sin internamiento, actualmente trabaja en los servicios comunales de la capital cubana. La condena fue revocada en enero de 2023 por el Tribunal Municipal Popular de Centro Habana, luego de que el trovador violara lo establecido en la sentencia original al componer una «Guaracha feminista». Esta canción provocó rechazo entre activistas de la sociedad civil y las instituciones del régimen cubano, al ser vista como una burla hacia lo sucedido y una falta de reconocimiento y arrepentimiento por sus actos.

El 20 de mayo, Raymer Brown compartió fotografías de Bécquer en Facebook, donde se le ve prestando servicio en comunales en la calle Valle e Infanta. Brown se preguntó si esto indicaba un cambio de medida y una posible próxima liberación del trovador condenado «por varios delitos de abusos lascivos». «¿Veremos a Bécquer en los próximos meses en la calle? No sé, el tiempo dirá,» escribió Brown.

El caso de Fernando Bécquer generó una ola de indignación tras las revelaciones hechas por el medio independiente El Estornudo en diciembre de 2021. En esos artículos, cinco mujeres contaron cómo el músico las manipuló y abusó sexualmente de ellas cuando eran estudiantes universitarias, algunas siendo menores de edad. Durante el juicio celebrado en octubre de 2022, unas 30 víctimas testificaron en contra del trovador durante más de 12 horas, relatando acciones violentas de índole sexual sin su consentimiento.

Después de que el caso se hiciera público, Bécquer utilizó su apoyo al régimen cubano como escudo para evitar una condena. Sin embargo, tres meses después de su sentencia inicial, el músico publicó en sus redes sociales una canción ofensiva contra las activistas feministas cubanas, lo cual fue interpretado por los tribunales como una violación de su condición de mantener buena conducta y respeto.

La nueva decisión judicial que lo envió a prisión en enero de 2023 indicó que Bécquer había «incurrido en graves hechos que incumplen, de manera flagrante y notoria, los requerimientos de buena conducta y respeto a las normas de convivencia social». En virtud de esta resolución, Bécquer cumpliría la sanción en régimen interno en un establecimiento penitenciario.

Las fotografías de Bécquer trabajando en los servicios comunales, enfundado en un mono y botas de trabajo junto a unos latones de basura, provocaron reacciones entre activistas cubanos. Estos denunciaron la facilidad con la que el reo había obtenido un cambio de medida, mientras cientos de inocentes manifestantes de las protestas del 11J continúan cumpliendo sentencia en las cárceles sin derecho a tales beneficios penitenciarios.

Yamilka Lafita expresó su indignación en redes sociales: «El trovador Fernando Bécquer, el depredador sexual, cuya condena siempre ha sido rara y para nada reparadora con sus víctimas, está semisuelto o casi suelto o suelto y durmiendo en su casa. ¿Quién garantiza que ya no sea un peligro para la sociedad? Un hombre que se burló varias veces, no solo de sus víctimas, sino también de la impunidad con que corren los artistas afectos al sistema.» Lafita comparó este caso con el del manifestante Eliezet Sesma, a quien las autoridades no conceden un cambio de medida.