La Aduana de Cuba jugó un papel fundamental en la desmantelación de una red criminal altamente peligrosa involucrada en una serie de delitos graves que incluyen robo con violencia, tráfico de personas y falsificación de documentos. Este grupo, compuesto por siete miembros principales, fue finalmente juzgado y condenado en el Tribunal Provincial de Santiago de Cuba, con penas que alcanzaron hasta los 28 años de prisión, según informó el periódico oficialista Granma.
El caso tomó un giro decisivo el pasado 3 de mayo en la terminal 3 del Aeropuerto Internacional José Martí, donde un individuo fue detenido durante los controles migratorios. Las sospechas de los oficiales se confirmaron cuando descubrieron que el detenido portaba documentos de viaje falsificados. Este individuo, que se encontraba en libertad condicional y bajo vigilancia del Ministerio del Interior (Minint), intentaba huir del país.
La investigación que siguió destapó que la red operaba principalmente a través de Telegram, donde contactaban a potenciales víctimas interesadas en realizar negocios lucrativos. Los encuentros se establecían en lugares predeterminados donde los delincuentes, armados con cuchillos y armas de fuego, intimidaban y robaban sumas considerables de dinero a sus víctimas. En uno de los incidentes, el grupo llegó a robar más de un millón de pesos.
El Teniente Coronel Abraham Estonlle Rio, a cargo del departamento de narcotráfico internacional, señaló que uno de los detenidos estaba vinculado a una red delictiva con bases en Jamaica y en Cuba, facilitando la comercialización de drogas introducidas al país por vías marítimas.
El Tribunal Provincial de Santiago de Cuba dictó las sentencias, asignando a uno de los acusados una pena de cinco años de cárcel, mientras que los demás recibieron condenas de entre 20 y 28 años. Durante el proceso se incautaron numerosos objetos relacionados con los crímenes, incluyendo las armas de fuego empleadas, vehículos como un auto Lada y un ciclomotor eléctrico, así como 300 libras de marihuana.
Un reportaje emitido por la Televisión Cubana reveló que las técnicas de criminalística tuvieron un papel esencial en la resolución del caso, permitiendo a las autoridades identificar y comparar huellas dactilares y de calzado con las encontradas en las escenas de los crímenes, lo que contribuyó a las severas condenas impuestas.
El Ministerio del Interior de Cuba, a través de este caso, reitera la importancia de tramitar cualquier documento por vías legales y advierte sobre los riesgos de recurrir a métodos ilícitos. La vigilancia rigurosa en puntos de entrada y salida del país es crucial para garantizar la seguridad y el orden público.