Un inesperado apagón interrumpió un concierto de la Orquesta Aragón en Santiago de Cuba, añadiendo un giro inesperado a la noche del viernes durante su actuación en el Festival Matamoros Son, cerca de la emblemática Casa de la Trova en la Calle Heredia. Este incidente refleja un problema recurrente en la isla, donde los cortes de electricidad han afectado incluso los eventos culturales más destacados.
El periodista Yosmany Mayeta Labrada publicó en su perfil de Facebook un video captado por una asistente al evento, mostrando el momento en que los músicos quedaron sumidos en la oscuridad. El desconcierto fue palpable, y una frase de una de las asistentes, «Apagón con la Aragón», capturó la ironía del momento, quedando como testimonio de lo ocurrido.
La falta de información sobre si el concierto pudo continuar después del corte de electricidad deja a muchos preguntándose sobre la resiliencia de los artistas y el público ante estos infortunios. Estos apagones no son incidentes aislados; forman parte de una problemática más amplia que ha visto cómo eventos significativos se ven forzados a pausar o incluso cancelar.
Un incidente similar ocurrió en abril durante una presentación de Cándido Fabré en el municipio de Guáimaro, en Camagüey. Un video mostró al cantante confundido, mirando a su alrededor y gesticulando, buscando comprender la situación antes de besar la medalla de la Virgen de la Caridad del Cobre que llevaba al cuello.
Pocos días después de este incidente, Fabré, conocido por su apoyo al régimen, comentó sobre los apagones argumentando que tienen un lado positivo, pues enseñan a la gente a «saber qué se siente» vivir sin electricidad. Según él, si la luz se corta durante una actuación, tanto él como el público permanecen en el lugar, y cuando la electricidad regresa, «después que la ponen, gozamos».
Estos eventos destacan la adaptabilidad y el humor de los músicos y su público, pero también subrayan una infraestructura eléctrica deficiente que impacta la vida cotidiana y cultural en Cuba. El desafío de los apagones es cada vez más común, y la comunidad artística, junto con sus seguidores, continúa encontrando maneras de navegar y adaptarse a estas adversidades, manteniendo viva la rica tradición musical del país a pesar de los obstáculos.