Carlos Ever Fonseca, un destacado actor cubano con una carrera diversificada, exhibe un acento que no se ajusta completamente ni a sus raíces cubanas ni a su prolongada residencia en Colombia. Su formación académica en la Escuela Nacional de Arte y el Instituto Superior de Arte en Cuba, seguida por una notable trayectoria en proyectos audiovisuales locales, precedió su mudanza a Bogotá, donde ahora reside y ha dirigido su enfoque profesional hacia la postproducción, animación 3D y creación digital.
Su empresa, Hologram Colombia, ha colaborado con gigantes de la industria como Sony Music, Univisión y Netflix. Según la página web de la compañía, Hologram Colombia ha logrado un alcance internacional en el campo de la animación 3D y el CGI, destacándose en la producción de contenidos originales y en el fomento de la animación en Colombia y América Latina.
A pesar de su incursión en el ámbito digital, Carlos no ha abandonado su primer amor, la actuación. Es conocido por su papel de Alberto en el filme «Los dioses rotos», y ha desarrollado su propia metodología de actuación denominada A.M.A. (Arte de la Manipulación Actoral). En una entrevista con Abel Álvarez, Carlos describió A.M.A. como un enfoque modernizado de la actuación que se aleja de las técnicas tradicionales basadas en rituales y memorización de guiones, optando en cambio por una comprensión más profunda de las situaciones representadas.
Carlos sostiene que su método no solo es aplicable a actores, sino que también puede beneficiar a personas en diversos ámbitos de la vida, especialmente útil para aquellos en el mundo artístico que trabajan en múltiples medios y roles simultáneamente.
Además de su innovador enfoque en la actuación, Carlos ha tenido una prolífica carrera en televisión y cine, participando en numerosas novelas tanto en Cuba como en Colombia, y apareciendo en series internacionales y películas aclamadas.
Su vida personal también ha sido notable. Casado con Paola Herrera, coprotagonizó con ella el cortometraje colombiano «El amor del asesino», que fue seleccionado en el Festival de Cannes de 2016. En 2010, Carlos sobrevivió a un paro cardíaco seguido de una cirugía de corazón abierto, lo cual le llevó a proponer matrimonio a Paola en un momento crítico; su boda fue una celebración de su amor y compromiso de vivir enamorados como el primer día.