Recientemente, la policía de Las Tunas ha protagonizado un operativo de alto perfil al decomisar más de cinco toneladas de papa de una Mipyme local. Este movimiento ha desatado una ola de controversias y especulaciones en la provincia, revelando una supuesta ilegalidad en las facturas de compra del popular tubérculo. Un artículo publicado por el diario local Periódico 26 detalla cómo las autoridades analizaron minuciosamente la documentación presentada por la Mipyme en cuestión, solo para descubrir discrepancias significativas que apuntaban a prácticas irregulares.
Las autoridades descubrieron que estas papas estaban siendo vendidas a $80.00 CUP la libra, una tarifa que excedía los límites establecidos por las autoridades de Comercio Interior.
El destino de las toneladas de papas decomisadas también ha suscitado interés público. Según informes del periódico local de Las Tunas, estos productos fueron distribuidos entre varios centros asistenciales de la zona. Hospitales como el Ernesto Guevara, el pediátrico Mártires de Las Tunas y el psiquiátrico Clodomira Acosta, junto con instituciones como el hogar de ancianos Carlos Font Pupo y el centro médico psicopedagógico Calixto Sarduy, fueron algunos de los beneficiarios de este decomiso.
La crisis económica actual en Cuba se ve exacerbada por una producción limitada de papas destinadas a la venta normada. Las cifras de cosecha de 2024 en todas las provincias del país han sido notablemente inferiores a años anteriores, lo que refleja un panorama preocupante en cuanto al suministro alimentario. En un artículo reciente del diario local El Artemiseño, Miguel Sánchez García, director general del Grupo Empresarial Agropecuario y Forestal (GEAF), atribuyó este fracaso en la producción de papa en Artemisa a las interrupciones en el riego de los cultivos, causadas en parte por los apagones derivados de la escasez de combustible.
Artemisa, conocida como una de las principales regiones productoras de papa en el país, ha sufrido las consecuencias directas de esta crisis. En áreas como Güira de Melena, San Antonio de los Baños y Alquízar, donde se cultivan 280 hectáreas de papa, la falta de un riego adecuado ha sido una de las principales razones detrás de la disminución en la producción. Los apagones prolongados han interrumpido el suministro eléctrico necesario para operar los sistemas de riego, dejando a los cultivos vulnerables y afectando gravemente el rendimiento esperado.