En medio de la creciente preocupación por la inflación y la escasez en Cuba, el reciente llamado del primer ministro Manuel Marrero Cruz a aplicar «medidas ejemplarizantes» contra quienes suben los precios ha generado una oleada de reacciones en las redes sociales. Desde críticas hasta propuestas alternativas, los cubanos expresan sus opiniones sobre cómo abordar estos desafíos económicos y sociales.
Uno de los puntos más destacados es la propuesta de Yanidia C., quien aboga por un cambio estructural en la distribución de recursos, sugiriendo eliminar las tiendas en moneda libremente convertible (MLC) y abastecer los mercados y bodegas locales. Esta idea refleja la frustración de muchos cubanos ante la percepción de inaccesibilidad de las tiendas MLC.
Moya S. critica las políticas recientes y su impacto en los precios, destacando la falta de debate público efectivo y la unilateralidad de las decisiones gubernamentales. Su comentario refleja el descontento generalizado ante la falta de transparencia y participación en la toma de decisiones.
Las soluciones propuestas varían desde cambios radicales hasta medidas más prácticas. Jorge F. R. aboga por el libre comercio y la responsabilidad política, mientras que Ernesto P. Y. sugiere buscar inspiración en modelos extranjeros exitosos, como el liderazgo de Nayib Bukele en El Salvador.
Maribel M. señala directamente la dualidad monetaria como un factor clave en la inflación, destacando la necesidad de abordar esta cuestión para estabilizar la economía. Por otro lado, Luis Arturo M. F. critica la desconexión percibida entre las élites gobernantes y la realidad cotidiana de la población cubana, sugiriendo medidas más drásticas para abordar el problema.
Estos comentarios reflejan una amplia gama de opiniones y sentimientos entre los cubanos, desde el escepticismo hasta la esperanza en soluciones efectivas. Más allá de las «medidas ejemplarizantes» propuestas por el gobierno, los ciudadanos exigen un enfoque más inclusivo y transparente que aborde las causas subyacentes de la crisis económica, reconociendo la necesidad de reformas profundas y significativas para impulsar el progreso y el bienestar en Cuba.
