En el Aeropuerto de Madrid, un ciudadano cubano fue interceptado por la Guardia Civil española por llevar en su equipaje 234 pastillas de viagra sin la correspondiente prescripción médica. Este incidente fue captado y transmitido en el programa de televisión “Callejeros” de Cuatro, el pasado 10 de abril, centrado en los controles fronterizos, donde el viajero cubano se convirtió en uno de los focos de atención de la noche.
Durante la emisión, se mostraron imágenes de los agentes de la Guardia Civil contabilizando numerosos paquetes del medicamento. «Tiene de todo tipo, pero sobre todo Sildenafil», comentó uno de los agentes, señalando que es una situación común entre los viajeros procedentes de Cuba.
El ciudadano, al ser interrogado, argumentó: “No tengo receta, la tomo por problemas médicos”, a lo que un agente respondió enfatizando la necesidad de un informe médico para ingresar esa cantidad de medicamento a España.
El programa reveló que, anualmente, en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas se incautan aproximadamente un millón de kilos de pastillas de viagra. Las sanciones por intentar introducir este medicamento en el país sin los permisos adecuados pueden variar entre 600 y 30,000 euros, dependiendo de la cantidad y las circunstancias.
En el caso del viajero cubano, se anticipó que la multa sería de 600 euros, dado que la cantidad incautada superaba ligeramente el umbral de las 200 pastillas establecido para la imposición de sanciones.
A pesar de la tensión del momento, el cubano mantuvo su compostura y respondió con cortesía a las preguntas e incluso a las bromas de la reportera, quien inquirió sobre el uso de viagra en Cuba con un tono jocoso. El viajero, con humor, replicó: «Problemas de erección hay aquí. Aquí sí que hay problemas de erección”, aunque esta parte de la conversación fue omitida en el fragmento del programa compartido en redes sociales.
El cubano también explicó su uso personal del medicamento, atribuyéndolo a su condición de diabético e hipertenso, buscando mejorar su circulación pulmonar. Frente a la insistencia sobre si enfrentaba «problemas», admitió con franqueza: “Por ser diabético, lógico que los tengo, como efecto secundario está el problema de la disfunción”.