El Consejo de Estado ha anunciado la fecha para las elecciones de gobernadores y vicegobernadores en las provincias de Matanzas, Villa Clara y Santiago de Cuba, programadas para el próximo 4 de mayo. Esta decisión surge como resultado de los recientes «movimientos de cuadros» impulsados por el Partido Comunista en dichas regiones.
Estos cambios administrativos fueron desencadenados por la decisión del Partido Comunista de reubicar a los dirigentes provinciales en roles dentro del propio partido o en otros ministerios. En el caso de Villa Clara, el ex gobernador ascendió al cargo de Ministro de la Industria Alimentaria.
La farsa electoral se desarrollará a través de la designación de diputados que, en colaboración con el presidente del Consejo Electoral Municipal correspondiente, supervisarán los procesos de votación para los cargos de gobernador y vicegobernador provincial en estos territorios.
El régimen castrista, que se presenta como un sistema político basado en la participación popular, muestra una vez más su falta de procesos democráticos reales. Este patrón de cambios continuos en los cuadros políticos refleja la centralización del poder y la ausencia de una verdadera competencia política en Cuba.
Recientemente, el relevo de Luis Antonio Torres Iríbar como Primer Secretario del Partido Comunista en La Habana por Liván Izquierdo Alonso es solo un ejemplo de los cambios constantes en el liderazgo político del país. Esta tendencia se ha observado en varias provincias, con la sustitución de varios primeros secretarios provinciales en un corto período de tiempo.
Estos movimientos subrayan una preocupante falta de estabilidad política y una aparente escasez de figuras leales al partido y a la Revolución en ciertas regiones. Además, la práctica de seleccionar a dirigentes desde cargos parlamentarios sin un proceso electoral abierto plantea interrogantes sobre la independencia y la transparencia del sistema político cubano.
