Mario Alberto Urquía Carreño, quien fuera Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba, enfrenta acusaciones por parte de las autoridades cubanas por un presunto delito de apropiación indebida de 2,360 dólares. La denuncia fue presentada por Juan Alberto Kessel Linares, el actual Gran Maestro, quien a través de un comunicado detalló que el dinero había sido entregado a Urquía Carreño por el entonces Gran Tesorero, Salvador Orestes Arango Troncoso, en agosto del año pasado.
Cuando se le preguntó sobre el paradero de los fondos, Urquía Carreño primero indicó que estaban en manos del actual Gran Tesorero, Airam Cervera, y luego negó haber recibido cualquier donación en divisas durante su mandato. Estas afirmaciones fueron desmentidas en el comunicado, lo que llevó a la presentación de la denuncia ante las autoridades competentes.
La denuncia se formalizó en la estación de la PNR de Zapata, con el número 22423/2024, por el delito de apropiación indebida. Según un masón que prefirió mantenerse anónimo, Urquía Carreño había dado respuestas evasivas cuando se le preguntó sobre el dinero, y luego sugirió que se había acordado que el dinero estaba junto con los 19 mil dólares robados de su oficina, lo cual resulta sospechoso.
Este incidente se suma al escándalo del robo de 19,000 dólares de la oficina del Gran Maestro en la Gran Logia de Cuba, ocurrido el 5 de enero de este año. Aunque Urquía Carreño denunció el robo, él mismo es el principal sospechoso investigado por la policía.
El 24 de marzo, Urquía Carreño fue expulsado de la Alta Cámara masónica entre gritos de repudio, debido a la ilegalidad de su cargo tras ser expulsado por el Supremo Consejo del Grado 33 para la República de Cuba. A pesar de su expulsión, Urquía Carreño se ha negado a entregar la oficina al nuevo Gran Maestro y ha intentado apelar a la intromisión del Registro de Asociaciones del Ministerio de Justicia en los asuntos internos de la Gran Logia.
Urquía Carreño, en un documento donde detalló los eventos, expresó su descontento con el procedimiento seguido en la reunión extraordinaria del Patronato y se comprometió a reponer el dinero robado, aunque inicialmente se mostró reacio a denunciar el robo a la policía. La situación se complicó cuando, mientras realizaba la denuncia, se enteró de que se había redactado un comunicado público en su ausencia, lo que consideró una «franca violación de lo acordado».
Hasta el momento, no se han proporcionado más detalles sobre la denuncia contra Mario Alberto Urquía Carreño.