Durante la celebración del 65º aniversario de los órganos de la Seguridad del Estado en Cuba, el presidente Miguel Díaz-Canel proclamó la inmortalidad y fortaleza de la revolución cubana, atribuyéndola al deseo del pueblo. Sin embargo, su declaración parece excluir a los numerosos cubanos que han manifestado su descontento y demanda de cambio, especialmente durante las significativas protestas de julio de 2021 y las recientes movilizaciones en Santiago de Cuba, Bayamo y Cárdenas, donde resonaron consignas como “Patria y Vida”, “Comida y Corriente”, y “Abajo el Comunismo”.
En un evento que contó con la presencia de figuras clave de la represión en la isla, Díaz-Canel elogió la lealtad y valentía de aquellos que han defendido la revolución frente a lo que describió como los «criminales planes de un enemigo poderoso», sin ofrecer una nueva justificación para los problemas internos de Cuba.
El mandatario aprovechó la ocasión para alabar a los miembros de la Seguridad del Estado, describiendo su historia como una de las más inspiradoras y patrióticas de la nación. Díaz-Canel, en presencia de Raúl Castro, enfatizó que la solidez de la revolución se debe en gran medida a estos órganos, que, junto a un «pueblo heroico», forman una parte inseparable de la defensa de la isla.
Reconociendo los desafíos actuales que enfrenta su gobierno, Díaz-Canel insistió en que la estabilidad interna y la victoria sobre los adversarios se basan en la unión del Partido Comunista, el Estado, el Gobierno, las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior.
La Constitución cubana de 2019, aprobada en circunstancias polémicas y sin la participación de la diáspora cubana, reitera el dominio del partido único, permitiendo la represión de la disidencia. Actualmente, más de mil presos políticos sufren en las cárceles cubanas, con sus derechos y los de sus familias siendo constantemente violados por la misma Seguridad del Estado que Díaz-Canel elogió.
