La tranquilidad de una ciudad costera chilena se vio alterada por un incidente que involucró a un joven cubano y sus amigos locales, quienes fueron detenidos por ingresar ilegalmente a una casa con la intención de disfrutar de una noche de música y alcohol.
Según el relato del Diario El Pingüino, la situación comenzó como una travesura inofensiva: «ingresaron a una vivienda, pusieron música fuerte y comenzaron a consumir alcohol. Esto fue lo que hizo un grupo de amigos integrado por cuatro jóvenes: tres chilenos y un cubano, tras ingresar a una propiedad ubicada en el sector centrosur de Punta Arenas”.
El incidente ocurrió en la tarde del sábado, cuando los vecinos de la casa notaron el ruido inusual y decidieron alertar al hijo de la propietaria sobre la situación.
El hijo, al acudir al lugar, se encontró con la sorpresa de que la casa había sido invadida por jóvenes alcoholizados que habían llevado consigo todo lo necesario para pasarla bien: «cervezas, vino, frutas y azúcar; además de su propio equipo para escuchar música». Ante esta situación, decidió llamar a las autoridades.
Según el reporte del periódico local, la policía llegó al lugar y detuvo a los cuatro jóvenes involucrados, identificados como “E.L.C; I.O.H; D.L.C todos chilenos, y R.P.C. de nacionalidad cubana». Todos ellos fueron llevados a control de detención por el delito de violación de morada, quedando en libertad con la medida cautelar de prohibición de acercarse al inmueble por un radio de 100 metros.
Esta historia pone de manifiesto cómo una travesura aparentemente inocente puede tener consecuencias legales serias y cómo la diversión puede convertirse en un problema cuando se cruza la línea de la legalidad.
