Durante las intensas protestas del 17 de marzo en Santiago de Cuba, la población clamó por comida frente a las autoridades y fuerzas policiales, con la presencia destacada de Beatriz Jhonson Urrutia, principal figura del Partido Comunista en la provincia, quien prometió la entrega inmediata de alimentos básicos como arroz y azúcar.
El periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada reportó que, en respuesta a las manifestaciones, las autoridades se vieron forzadas a distribuir productos que estaban reservados para la venta en divisas, incluyendo arroz, pollo y leche, a través del sistema de racionamiento. Este hecho sorprendió a muchos santiagueros, que no veían una llegada tan masiva de alimentos a las bodegas desde hace tiempo. Sin embargo, algunos vecinos expresaron su escepticismo, considerando estas medidas como soluciones temporales que no resuelven el problema de fondo.
“Esto es comida para hoy y hambre para mañana”, comentó una residente del Reparto Veguita de Galo, donde se concentraron las protestas. “Cuando se acabe lo poco que han vendido, ahí viene lo bueno. Lo que queremos es Libertad”, agregó, reflejando el sentir de muchos que, más allá de las necesidades inmediatas, claman por cambios más profundos en el sistema.
Mayeta Labrada también señaló que para la distribución de estos alimentos se recurrió a la mano de obra de reclusos y reclutas del servicio militar, mostrando imágenes de camiones cargados con diversos productos alimenticios circulando por la ciudad.
Curiosamente, estas protestas parecen haber “terminado” momentáneamente con el argumento del “bloqueo” estadounidense, utilizado frecuentemente por el régimen cubano para justificar la escasez de bienes esenciales en la isla. De repente, los alimentos que supuestamente no podían llegar debido a las restricciones impuestas por EE.UU., aparecieron en respuesta a las demandas del pueblo.