La capital de Santiago de Cuba amaneció en calma tras las intensas protestas del domingo, según relatan algunos habitantes de la ciudad a CubaCute Noticias. En respuesta a las demandas de «hambre» de cientos de manifestantes, el Gobierno cubano distribuyó alimentos en un almacén de la Carretera del Morro y Gasómetro. Beatriz Johnson Urrutia, primera secretaria del Partido Comunista en la provincia, anunció la entrega inminente de arroz y azúcar a los residentes.
Un santiaguero, que prefirió mantenerse anónimo, expresó su escepticismo sobre la distribución efectiva de estos alimentos, señalando que apenas ahora se están entregando los suministros correspondientes al mes en curso. «Aquí todo está tranquilo, como siempre», comentó, añadiendo que la presencia policial y de la Seguridad del Estado se ha intensificado en la ciudad.
A pesar de la aparente calma en Santiago de Cuba, videos en redes sociales muestran que en El Cobre, también en Santiago de Cuba, los vecinos se congregaron frente a la estación policial exigiendo «Libertad» y la liberación de los detenidos durante las protestas del domingo. Se reporta que las localidades de La Coloma y El Cayuco también se manifestaron este lunes, aunque la falta de acceso a Internet dificulta la verificación de estos eventos.
En Bayamo, la respuesta del Gobierno a las protestas fue la represión, con videos que muestran a la policía golpeando a ciudadanos y el despliegue de las Fuerzas Especiales para contener las manifestaciones. Cárdenas, Alquízar y San Antonio de los Baños también se sumaron a las protestas, que se extendieron incluso fuera de Cuba, con manifestaciones de exiliados cubanos en Miami y Montevideo.
Estas protestas recuerdan a las históricas manifestaciones del 11 y 12 de julio de 2021, marcadas por demandas de mejores condiciones de vida, libertad y respeto a los derechos humanos. La represión policial ha sido nuevamente la respuesta del gobierno cubano, dificultando la documentación de los arrestos.
El presidente Miguel Díaz-Canel reconoció la necesidad de «atender las quejas» del pueblo, pero también culpó a «políticos mediocres y terroristas» en Florida por incitar las protestas. El vicecanciller Carlos Fernández de Cossío y el ministro de Asuntos Exteriores, Bruno Rodríguez, reiteraron esta narrativa, atribuyendo las manifestaciones a intentos de desestabilización por parte de Estados Unidos.
A pesar de las acusaciones gubernamentales, las protestas comenzaron con demandas de «alimentos» y «corriente», reflejando la grave crisis económica que enfrenta Cuba, comparable solo con el período especial de los noventa. Los cubanos lidian con apagones prolongados, escasez de alimentos y falta de suministros médicos, una situación que continúa deteriorándose.