Miles de residentes de Santiago de Cuba tomaron las calles de forma espontánea este domingo, confrontando al Gobierno por la falta de sensibilidad ante la escasez de alimentos y los prolongados apagones.
Hasta el 17 de marzo, las bodegas no habían recibido alimentos, y los residentes habían soportado apagones de más de 16 horas en las últimas 72 horas.
La protesta masiva se inició alrededor de las 2:00 p.m. en el parque de Carretera del Morro, impulsada inicialmente por un grupo de madres y abuelas que exigían alimentos para sus hijos y el cese de los cortes de electricidad.
La manifestación rápidamente ganó el apoyo de miles de personas de los repartos cercanos, convirtiéndose posiblemente en la mayor protesta pacífica en Cuba desde las manifestaciones del 11 de julio de 2021.
Para contener la protesta, el Gobierno desplegó un amplio operativo de seguridad que incluyó tropas especiales, vehículos policiales y agentes de la Seguridad del Estado.
La situación pudo haber escalado a la violencia si no fuera por la intervención de mujeres con niños, que formaron un cordón humano para proteger a los demás manifestantes.
Aunque las demandas de la protesta no tenían un carácter político explícito, se escucharon consignas como «libertad» y «Patria y Vida».
Beatriz Johnson Urrutia, máxima autoridad del Partido Comunista en la provincia, intentó calmar los ánimos desde una azotea, pero fue recibida con abucheos y rechazo por parte de los manifestantes.
En un intento por apaciguar la situación, el Gobierno mostró camiones cargados con arroz y azúcar, pero esta medida fue vista como insuficiente y tardía por los manifestantes.
La protesta concluyó sin que se llegara a un acuerdo, y las autoridades intentaron sin éxito convertirla en un acto político oficialista.
La ciudad de Santiago de Cuba permanece militarizada tras los eventos, y se han reportado cortes de internet para evitar la difusión de información sobre las protestas.
La crisis en Cuba se ha intensificado en los últimos tres años, con una inflación descontrolada, dolarización de la economía, una ola migratoria sin precedentes y un creciente descontento social.
Incidentes similares se han reportado en otros repartos de Santiago de Cuba y en el municipio de Palma Soriano, lo que indica un nivel de descontento que podría desencadenar nuevas protestas en el futuro.