El régimen cubano ha movilizado a su ejército de ciberclarias y dado la orden de llenar las redes sociales de publicaciones donde muestren fotos de las calles de sus barrios con tranquilidad y vacías, en medios de las fuertes protestas populares que se han registrado en las últimas horas en varias ciudades del oriente del país.
En un movimiento que ya se ha convertido en habitual en situaciones como estas, ETECSA procedió a cortar el servicio de internet en las zonas donde se registran las manifestaciones y dar la orden inmediata a sus ciberclarias de desmentir en redes sociales estos movimientos populares, para así evitar que otros territorios se sumen.
Decenas de perfiles vinculados al régimen han sido revisados por nuestra redacción en las últimas tres horas, y todos, «coincidentemente», han posteado fotografías de barrios y resaltando que están «tranquilos».
La situación en Santiago de Cuba este domingo refleja un momento crítico de descontento social exacerbado por los prolongados apagones que han afectado a la provincia, con cortes de electricidad que se extienden hasta 13 horas diarias. La falta de acceso a internet, la ausencia de medios de prensa internacionales en el terreno y la actividad de grupos en redes sociales alineados con el régimen, conocidos como «ciberclarias», que difunden información engañosa, han contribuido a un ambiente de desinformación en torno a las protestas.
La manifestación, que se desarrolló en la avenida de Trocha, una zona concurrida de Santiago de Cuba, contó con la participación de cientos de ciudadanos que expresaron su frustración ante la escasez de alimentos básicos y los constantes cortes de energía. Un residente local, que prefirió mantener su anonimato, compartió con la AFP que la multitud clamaba por «comida y corriente», en un claro llamado a las autoridades por soluciones inmediatas a sus necesidades más apremiantes.
La presencia de Beatriz Johnson Urrutia, primera Secretaria del Partido Comunista en la provincia, no logró apaciguar los ánimos de los manifestantes, quienes rechazaron sus intentos de diálogo con exclamaciones de «¡No queremos muela!» (no queremos palabrerías), evidenciando su deseo de acciones concretas en lugar de promesas vacías.
En un giro que algunos interpretan como una respuesta directa a las protestas, la electricidad fue restablecida y se reportó la llegada de camiones cargados de arroz a las bodegas locales, donde este producto esencial no había sido distribuido durante el mes. Este movimiento sugiere un esfuerzo por parte del gobierno cubano para mitigar el descontento popular, proporcionando al menos una solución temporal a la escasez de alimentos que, junto con los apagones, ha sido uno de los detonantes de las manifestaciones.