El gobierno cubano ha rechazado las afirmaciones de que la violencia en la isla está en aumento, argumentando que las denuncias difundidas en las redes sociales forman parte de una campaña orquestada por la oposición para desacreditar a las autoridades. Durante una emisión del programa de televisión «Hacemos Cuba», el presentador Humberto López conversó con dos invitados de alto perfil: Beatriz de la Peña, quien dirige el Departamento de Investigación de Procesos Penales en la Fiscalía General de la República, y el coronel Idael Fumero, responsable de Información y Análisis en la Dirección Técnica de Investigaciones (DTI).
En el programa, se presentaron diversos datos, gráficos e imágenes con el fin de respaldar la postura oficial de que no existe un incremento en los actos de violencia en Cuba, una percepción que contrasta con la sensación de inseguridad expresada por la ciudadanía en los últimos tiempos. Los delitos considerados violentos, como asesinatos, homicidios, lesiones, robos con violencia y agresiones sexuales, no habrían experimentado un aumento según la Fiscal, aunque sí se observa un crecimiento en otras categorías delictivas.
El coronel Fumero destacó que apenas el 9% de los delitos registrados en Cuba son de índole violenta, excluyendo de esta categoría a los robos con fuerza, a pesar del temor y el trauma que estos pueden generar en las víctimas. Según las estadísticas oficiales, los hurtos y robos con fuerza constituyen el 81% del total de delitos reportados en la isla, seguidos por un 10% que abarca otros tipos de actos delictivos, incluyendo aquellos que afectan la economía, como la falsificación de dinero.
Dentro de los delitos violentos específicamente, los homicidios representan solo el 1%, mientras que los asesinatos constituyen el 3%, con un 89% de estos últimos vinculados a conflictos personales y un 11% motivados por el lucro. Los robos con violencia, las lesiones graves y menos graves, así como las amenazas, también forman parte de las estadísticas presentadas, junto con las agresiones sexuales, que representan un 3% de los casos de violencia.
La fiscal De la Peña y el coronel Fumero sugirieron que la percepción de un aumento en la violencia se debe a una mayor visibilidad de los hechos delictivos a través de las redes sociales, donde aproximadamente 6 millones de cubanos comparten información, otorgando una difusión más amplia a incidentes que anteriormente se limitaban al ámbito comunitario.
Además, se reconoció que las condiciones de vulnerabilidad, como la falta de iluminación en ciertas áreas durante la noche, incrementan el riesgo de comisión de delitos violentos. A pesar de admitir un aumento en la agresividad entre la población, posiblemente relacionado con la situación socioeconómica, las autoridades insisten en que no hay un incremento en los actos de violencia per se.
El Ministerio del Interior (MININT) ha mantenido una postura de que, aunque la violencia puede ser más perceptible, la magnitud de su incremento es discutible y responde en gran medida a campañas en redes sociales impulsadas por sectores opositores al gobierno. Esta narrativa se ha reforzado con iniciativas como la realizada en La Rampa, donde se demostró la eficacia de la comunidad en la prevención y resolución de delitos, aunque se reconoce que esta es una zona de especial interés político y seguridad.
La falta de espacios oficiales para la divulgación de cifras sobre delitos contribuye a que la información se canalice a través de medios alternativos, lo que ha llevado a acusaciones de sensacionalismo contra la prensa independiente que reporta los incidentes denunciados por los ciudadanos en las redes sociales.
En este contexto de preocupación por la seguridad, también se han destacado los casos de violencia contra las mujeres, incluyendo asesinatos y desapariciones, aunque las autoridades prefieren referirse a estos crímenes como «machistas» en lugar de feminicidios, según declaraciones recientes del presidente Miguel Díaz-Canel.
