Una historia de corrupción y encarcelamiento ha sacudido los cimientos del gobierno cubano. María Victoria Gil, hermana del exministro de Economía de Cuba, Alejandro Gil Fernández, ha hecho revelaciones impactantes sobre el destino de su hermano y su cuñada. En una conversación con el influencer Darwin Santana, María Victoria confirmó que ambos están tras las rejas en La Habana, mientras el Ministerio del Interior (Minint) lleva a cabo una minuciosa investigación sobre los «graves errores» cometidos por el exfuncionario.
María Victoria desveló la situación de su familia al llegar recientemente a Islas Canarias desde Cuba. Confirmó que su hermano y su cuñada están incomunicados, sin acceso a teléfonos móviles, mientras que su sobrina se encuentra bajo prisión domiciliaria en circunstancias similares. Estas revelaciones arrojan luz sobre las contradicciones previas en las declaraciones de familiares, aclarando la verdadera situación de los implicados en este escándalo.
Deslindando responsabilidades y enfrentando acusaciones
En medio del caos y la confusión, María Victoria buscó distanciarse de cualquier implicación en los actos de corrupción que llevaron a la caída en desgracia de su hermano. Afirmó categóricamente que no tenía relación con los presuntos delitos de Gil Fernández y que, al llegar a Cuba, no fue perseguida ni interrogada por las autoridades de seguridad. Esta postura contrasta con la confianza ciega que parece depositar en las acusaciones de corrupción lanzadas por Miguel Díaz-Canel, primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC).
Desde que Díaz-Canel vinculó a Gil Fernández con actos de corrupción e insensibilidad el pasado 8 de marzo, las redes sociales han sido escenario de especulaciones y teorías diversas sobre el caso. Algunos ven al exministro como un chivo expiatorio del régimen, mientras que otros creen firmemente en su culpabilidad. Sin embargo, la verdad parece esquiva en medio de un panorama político y social convulso.
Un vistazo a Gina María, la esposa del exministro
Gina María González García, esposa de Alejandro Gil Fernández, también ocupaba un lugar destacado dentro del entramado del poder cubano antes de su detención. Con 61 años de edad, su carrera estuvo ligada estrechamente a instituciones y empresas clave en la isla caribeña. Entre sus roles más destacados se encuentra su trabajo en Artex, una entidad prominente en el ámbito cultural cubano, donde probablemente estuvo involucrada en la gestión y promoción de eventos artísticos.
Anteriormente, desempeñó funciones como gerente comercial en la disquera Bis Music, perteneciente al Instituto Cubano de la Música. Su labor en esta posición estaría relacionada con la estrategia comercial y de marketing de la disquera, así como en la promoción y distribución de obras de artistas locales. Esta visión más detallada de Gina María ofrece un panorama más completo de los actores involucrados en este intrigante drama de corrupción y poder en Cuba.