Energía solar en Cuba: Una promesa de esperanza ante los apagones
La falta crónica de energía eléctrica en Cuba ha llevado a un anuncio crucial por parte del gobierno: la instalación de más de 90 parques solares fotovoltaicos antes del año 2028. ¿Será esta la solución que los cubanos han estado esperando para poner fin a los apagones constantes que afectan su vida diaria?
La promesa del gobierno cubano
En medio de una crisis energética que ha alterado la vida cotidiana de los cubanos, el gobierno ha prometido la construcción de 92 parques solares fotovoltaicos que se estima producirán 2,000 megavatios de potencia para el año 2028. Según un reportaje en Granma, los preparativos para estas instalaciones ya están en marcha, con movimientos de tierra en progreso y recursos disponibles en el país.
El ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, ha destacado la importancia de estos proyectos durante una conferencia de prensa reciente, subrayando la meta de alcanzar un 24% de penetración de energías renovables en el sistema energético nacional antes del año 2030. Esta iniciativa no solo busca reducir la dependencia de las importaciones de combustible, sino también mejorar la soberanía energética del país.
Desafíos y esperanzas
Aunque la perspectiva de una transición hacia fuentes de energía más sostenibles es alentadora, el camino hacia la implementación completa de estos parques solares no está exento de desafíos. La historia de promesas incumplidas por parte del gobierno cubano plantea dudas sobre la viabilidad y la puntualidad de este ambicioso proyecto.
Mientras tanto, la escasez de combustible continúa afectando a la isla, provocando apagones prolongados y dificultades en el transporte. Sin embargo, el gobierno busca soluciones adicionales, como el desarrollo de proyectos de petróleo y gas natural, junto con la exploración de empresas extranjeras en busca de nuevas fuentes de energía.
La realidad de los cubanos
A pesar de los esfuerzos del gobierno por resaltar sus logros en el manejo de los cortes programados de electricidad, la dura realidad para los cubanos sigue siendo la de enfrentar hasta 18 horas diarias sin electricidad. Esta situación afecta la conservación de alimentos, la preparación de comidas y el acceso al agua, demostrando que, aunque hay esperanza en el horizonte, las necesidades energéticas inmediatas de la población aún no se han resuelto.