El conocido humorista cubano Ulises Toirac ha expresado su opinión sobre la reciente imputación por corrupción del exministro de Economía de Cuba, Alejandro Gil, una noticia que no le tomó por sorpresa dada la actitud que había observado en el funcionario, caracterizada por la prepotencia y la desconexión con la realidad del ciudadano común en Cuba.
Toirac señaló una aparente contradicción en la declaración oficial sobre el caso, que menciona la conclusión de una «rigurosa investigación» pero también indica que el Ministerio del Interior «iniciará» acciones legales, lo cual le pareció inconsistente y lo atribuyó a la «falta de leche de población».
El humorista criticó la aparente sorpresa del gobierno ante los malos manejos de Gil, sugiriendo que este comportamiento no era diferente al de otros líderes pasados o actuales. Toirac destacó la falta de empatía y la desconexión de Gil con la vida cotidiana de los cubanos, algo que, según él, era evidente en sus declaraciones públicas y en las de otros funcionarios tanto del pasado como del presente.
«Acaban de desayunarse de algo que todos estábamos viendo al mirar las declaraciones de Gil en su momento de esplendor ministerial (que vimos antes en otras que hicieron personajes que ‘pasaron a mejor vida’ -literalmente-, y que aún vemos en otras de quienes siguen ‘vivos y en juego’): prepotencia, falta de empatía, ninguna conexión con la forma más que modesta del ‘ciudadano de a pie’ al que arengan… etecé etecé etecé», reflexionó Toirac.
El comediante también lamentó la grave crisis actual, que considera más dura que en años anteriores, destacando la disparidad entre los precios internacionales del combustible y los bajos salarios en Cuba, lo que pone en riesgo la soberanía del país.
Según el periodista Mario J. Pentón, la familia de Gil se enteró de su arresto a través de la televisión nacional, y su casa fue registrada por las autoridades. La prensa oficial había informado previamente sobre los «graves errores» cometidos por Gil en su cargo, a lo que Toirac reaccionó sugiriendo que Gil era simplemente «el chivo expiatorio» y que su sucesor, Joaquín Alonso Vázquez, enfrentaría desafíos similares.
«No decidirá nada tampoco, tendrá que lidiar con soluciones dictadas. Los sacan a hacer malabares con demasiadas pelotas y luego son el chivo expiatorio», concluyó Toirac en su publicación en Facebook.