El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha dado luz verde a la modificación de los acuerdos de crédito entre Rusia y Cuba, proporcionando a la isla condiciones más favorables para el pago y reestructuración de su deuda. Este anuncio se hizo oficial a través de la publicación del documento en el portal de información legal del gobierno ruso.
Los ajustes autorizados por Putin están relacionados con los créditos estatales que Rusia concedió a Cuba entre los años 2009 y 2019, destinados a la adquisición de hidrocarburos. De acuerdo con Alexéi Sazánov, viceministro de Finanzas de Rusia, la deuda de Cuba, sujeta a esta reestructuración, asciende a 277,2 millones de dólares.
Entre las concesiones hechas a La Habana se incluyen la opción de liquidar la deuda en rublos, la extensión del calendario de pagos previsto para 2023-2027 hasta el período 2028-2040, y una modificación en el cálculo de los intereses por mora.
Rusia ve en este apoyo a Cuba una estrategia para reforzar su influencia política en América Latina, especialmente en un momento en que la isla enfrenta una severa crisis energética. Esta crisis se ha manifestado en apagones que han afectado simultáneamente hasta el 44% del territorio cubano y en un aumento de más del 400% en los precios de la gasolina.
El sistema eléctrico de Cuba se halla en un estado crítico, con frecuentes fallos y paradas para mantenimiento en sus siete centrales terrestres, de origen soviético, agravados por la falta sostenida de inversiones. Además, la escasez de divisas ha restringido la importación de combustibles, impactando negativamente en la producción de energía del país.
