19 de febrero, el día que Alejandro Gil pudo haber sido sacado por la Seguridad del Estado de su casa bajo la justificación de un robo en su patio

Redacción

El 19 de febrero se registró un acontecimiento poco común y significativo en la vida de Alejandro Gil, quien fuera Ministro de Economía en Cuba.

De acuerdo con la información proporcionada por dos fuentes fiables, ese día se despertaron en la residencia de Gil con la noticia de que, presuntamente, habían sustraído su ropa las tendederas de su patio, un suceso del que los vecinos hablaron ese mismo día.

No obstante, eventos recientes que incluyen la confirmación oficial de la detención de Alejandro Gil sugieren que lo que le ocurrió al exencargado de la economía cubana no fue un simple hurto, sino que fue, utilizando una expresión popular cubana, «recogido» de manera abrupta ese día.

Esta conclusión se deriva de las declaraciones exclusivas de una de las fuentes, quien prefirió mantenerse anónimo y mencionó a nuestro reportero que «desde ese día no había vuelto a ver a Gil». Es relevante mencionar que esta fuente es un vecino del exfuncionario, quien también fue miembro del Partido Comunista de Cuba y Diputado de la Asamblea Nacional.

Este mismo informante, que anteriormente ha proporcionado testimonios valiosos sobre los acontecimientos en esa zona específica de Miramar, había indicado que solía ver a Gil a diario, tanto al salir como al regresar a su hogar.

Poco después, esta fuente nos conectó con otra persona, una mujer de avanzada edad, que optó por no profundizar mucho en el tema pero expresó sentirse engañada, al igual que el resto de los vecinos, al pensar que a Gil realmente le habían robado. La relevancia de su testimonio radica en que ella también asegura haber visto a Gil con frecuencia, y que desde ese día, o más bien desde el día anterior, no volvió a tener noticias de él.

Por lo tanto, se presume que el supuesto robo fue en realidad una distracción para encubrir una operación más compleja que incluso involucró a la contrainteligencia.

La fuente principal afirmó que todo lo que observó le pareció una actividad policial rutinaria, con patrullas y un vehículo de Criminalística presentes, pero como dice el refrán, «las apariencias engañan».

Otro aspecto a destacar es que nadie vio a Gil en la vecindad la mañana del supuesto hurto.

«Probablemente lo recogieron durante la madrugada. O tal vez ni siquiera le permitieron llegar a su casa el día anterior. Lo convocaron y nunca más le permitieron regresar,» comentó la fuente.

Más allá del supuesto robo, este incidente ilustra las complejas condiciones de vida en Cuba, donde el derrocamiento de figuras de alto perfil se convierte en el centro de fascinación y rumores, avivando el interés público como si fuera una hoguera.

En este marco, el «recogimiento» de Gil, que se presume ocurrió el 19 de febrero, va más allá de un simple acto físico para simbolizar los tiempos turbulentos que enfrenta Cuba, sirviendo de recordatorio de episodios pasados como el «Plan Maceta».

Aquellos mayores de 50 años quizás recuerden con cierta nostalgia la caída de figuras como Ochoa y los hermanos La Guardia, entre otros. Las generaciones más jóvenes recordarán otros casos notorios, como el de Robertico Robaina, y los más jóvenes aún recordarán la desaparición repentina de figuras como Carlos Lage Dávila y otros, todos «recogidos» por orden de Raúl Castro Ruz.