En un reciente suceso que ha generado gran controversia, un trabajador portuario cubano, que desempeñaba sus labores en el Guillermón Moncada en Santiago de Cuba, fue despedido luego de expresar duras críticas en las redes sociales. César Jaime Cedeño, de 30 años, hizo pública su indignación por la deficiente alimentación y la falta de medios de protección en el puerto, desatando así una serie de eventos que lo llevaron a perder su empleo.
Según sus propias palabras, Cedeño lamentó la situación deplorable que enfrentaban él y sus compañeros: “Ya se ha vuelto una costumbre esa merienda y no pasa nada al respecto. Sólo la varían cuando va una visita. Y con respecto a los tres fallecidos, después de lo ocurrido se ha hablado de que siempre pongan una ambulancia permanente como debe ser y aún todavía no la ponen, los accidentes en el puerto están a menudo”.
El periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada fue crucial al difundir el caso, compartiendo un revelador audio en el que se escucha a una funcionaria explicando las razones detrás del despido de Cedeño. En el audio, la funcionaria argumenta que “no es idóneo para trabajar en una frontera” debido a sus críticas al Estado. Además, sugiere que la lealtad al Estado es un requisito fundamental para el empleo, independientemente de las circunstancias laborales adversas.
“El Estado es el dueño de la empresa, si alguien empieza a hablar mal del Estado, el dueño no quiere a esa persona en la empresa. Aunque yo no esté de acuerdo con que no haya arroz, azúcar, pan, yo como funcionaria y como trabajadora de la empresa, no puedo salir a decir que el Estado tiene no sé qué…”, expresó la mujer en el audio, dejando en claro la postura de la empresa respecto a la crítica interna.
La situación no quedó ahí. Mayeta aprovechó su plataforma para hacer un llamado a la solidaridad, instando a sus seguidores a brindar apoyo a Cedeño en la búsqueda de un nuevo empleo. Esta reacción en las redes sociales evidencia la importancia del apoyo comunitario en casos de injusticia laboral y la necesidad de una mayor transparencia y protección para los trabajadores que alzan la voz contra las condiciones precarias.
Este incidente plantea interrogantes importantes sobre la libertad de expresión en el ámbito laboral y la protección de los derechos de los trabajadores en entornos donde el control estatal es omnipresente. La historia de César Jaime Cedeño sirve como un recordatorio vívido de los desafíos que enfrentan aquellos que se atreven a desafiar el statu quo, así como la solidaridad que puede surgir en respuesta a la injusticia.